martes, septiembre 23, 2008

SENTIMIENTOS


Abrí una caja de cristal cuando creí que ya estaba cerrada para siempre, tardé poco pero pensé mucho antes de hacerlo… Hacía mucho tiempo que había dejado de soñar con cosas imposibles y ahora que no era un sueño, tenía demasiado miedo a vivir lo que nunca ni siquiera había imaginado.

Tuve dudas, muchas, no quería hacerme daño y mucho menos que nadie me lo hiciera, hablé mucho, di muchas vueltas a lo que podía o no pasar, pero me di cuenta de que era el momento de arriesgar, de darme la oportunidad de ser, de no analizar, sólo de sentir y entonces tuve que quedarme callada.

El silencio, cuando logré dejar de escuchar mis pensamientos, dio la oportunidad de hablar a mis sentimientos, a los que nunca antes dejé opinar… pero sabía que esta vez era el momento.

Ya te había mirado a los ojos, había grabado en mi retina tu rostro, y sabía que me sentía bien a tu lado… y esta vez tenía más ganas que miedo, y arriesgué sin saber si saber si iba a ganar o perder.

Y gané, gané lo más valioso que podía haber ganado, lo que nunca pude imaginar… gané primero tu amistad, después tu confianza, tu cariño y poco a poco gané tu amor, el tuyo y el mío, el que el uno siente por el otro.

Ese amor del que se han escrito tantas líneas, pero que cuando se siente todo se queda pequeño para describirlo… cómo escribir sobre la energía, la fuerza y la seguridad que alimenta el amor, sobre la felicidad más suprema que me hace volar, que me hace sentirme invencible, llena de vida, amada y amante.

La sutileza de los sentimientos queda atrás cuando éstos se despiertan, la pasión sustituye la razón y cada beso, cada caricia se transforma en la expresión más pura del amor.

Estar a tu lado es una necesidad de vida, compartir segundos a tu lado es vivir, sentir tu mano entre mis manos es amar; saber que cuando pienso en ti, tú lo haces en mí es el placer más infinito de la unión.

Ahora sé que eras tú y por eso me arriesgué, lo sentía y me daba miedo, tanto o más por saber que sin conocerte ya eras importante para mí… Y ahora que te conozco, que me conoces, que me siento capaz de dártelo todo y que mis días sin ti se quedan vacíos, ahora y sólo ahora sé que eres el hombre de mi vida, el dueño de mi corazón, el guardián de mi alma, el príncipe de mi cuento o simplemente el hombre que me hace feliz a cada instante.