martes, marzo 27, 2007



Llevo días soñando con sus manos, supongo que porque fueron ellas las que me hicieron reparar en él. Hace mucho tiempo de eso, pero puedo recordarlo como si hubiera ocurrido ayer.

Era temprano y todos estaban de fiesta cuando yo llegué, yo estaba recién levantada y con ganas de recuperar toda la fiesta que me había perdido por la noche… tenía 15 años y aún no sabía que aquel día iba a suponer tantas cosas en el resto de mi vida.

Estaba sentada esperando que llegaran mis amigas cuando me fijé en una mano apoyada en el bordillo de la acera, desde donde yo estaba no podía ver a su dueño… pero era una mano diferente, imaginé la historia de aquella mano, la vida de su dueño y tuve tantos deseos de tocarla que lo hice. Me senté en la acera mirando al frente y como quien no quiere la cosa rocé con mi mano su mano, y tal y como había imaginado, no era una mano suave, era una mano que me estremeció… y tras tocarla me crucé con los ojos de su dueño…

Y entonces fue como darme cuenta de que la historia que había imaginado para aquella mano era real, y deseé con todas mis fuerzas coger esa mano con la mía y no soltarla nunca.

Ahora la echo de menos…

jueves, marzo 15, 2007


Los cristales estaban tan empañados que no podía ver dónde estábamos. Además era de noche y sentía el frío de la niebla calando mis huesos. Había dejado de tener miedo, ya no lloraba y mis gemidos se habían vuelto mudos.

Lo único que sabía es que había montado en aquel tranvía con un único destino, un final que aunque no me había resignado a acatar, era demasiado evidente.

Sabía que la última parada suponía una vida que no había decidido. Quizá podría escapar, pero había visto el terror de las otras chicas en su mirada y la desgana de su alma.

Fue entonces cuando aquel tranvía me escuchó y me habló, me ofreció la única salida y yo acaté complacida. Salté con el valor de los cobardes y la cobardía de los valientes.

lunes, marzo 05, 2007

UNA VEZ...


Las notas llegaron a casa antes que yo. Mamá me estaba esperando detrás de la puerta. Cuando entré me tragué el escobón de lleno. Corrí hacia la habitación, pero mamá venía detrás de mí. Sólo podía decir que lo sentía. Si hubiera estudiado más me habrían dado la beca. Mamá estaba muy enfadada, aunque creo que aún más triste. Yo era el pequeño, su única esperanza. La había fallado. Yo también estaba enfadado y triste. Quería huir, desaparecer…

Cogí mi bicicleta y pedaleé sin parar. Mamá me gritó que volviera. Yo quería irme lejos. Subí hacia el monte. Quería conquistar la montaña. Allí no debía dar explicaciones a nadie. La montaña me entendía. Pedaleé tan rápido que llegué a la cumbre casi sin aliento. Tiré la bicicleta y grité. Le gritaba al mundo, me gritaba a mí mismo. Levanté la bicicleta, miré abajo. Cayó un peñasco y yo observé su trayectoria. Me monté en la bicicleta. Me dejé caer. Adelanté al peñasco. Me asusté. Quise frenar. Recordé que no había arreglado los frenos. Ya no quise desaparecer, ni subir a la montaña, ni huir, ni estar enfadado ni triste. Quise volver atrás y hablar con mamá. Qué estúpido fui…

El cielo es blanco, color algodón y huele a detergente, así como a lejía. Todo está en silencio. Lo extraño es que voy vestido con un pijama azul. Hay una puerta y está abriéndose. Será Dios…

Parece que Dios mandó a Mamá para que me cuidara, y además me dio otra oportunidad…

domingo, marzo 04, 2007

EL CUBO DE RUBIK-EL JUEGO DE TU VIDA

Se trata de saber jugar, de dar tantas vueltas como sea necesario hasta alcanzar que coincidan todos los lados, conseguir el mismo color en cada uno de ellos… tener paciencia, estar atento y mover cada parte correctamente; aunque no siempre se consigue y hay mil y un caminos para hacerlo.

Puedes conseguir un libro de instrucciones y seguir sus pasos, pero aún así no tienes garantizado conseguir cumplir tu objetivo; además a medida que comienzas a dar vueltas y más vueltas, tu objetivo pasa por conseguir el lado verde, el rojo, el amarillo… Incluso puedes olvidar el objetivo final del juego.

De todas formas como decía existen mil y un caminos para conseguirlo o intentarlo, puedes monear tanto tiempo como quieras dando vueltas inútiles que te entretienen y para ti tienen su importancia; puedes en cambio seguir un proceso técnico exhaustivo que te permita conseguir tu objetivo en un plazo más o menos corto; o puedes como la mayoría de la humanidad intentarlo una y otra vez sin conseguirlo, consiguiendo pequeñas metas que por rachas te hacen feliz; o también como hacen los más inteligentes, puedes mandar el juego al demonio y dedicarte a vivir el día a día, porque nunca sabes si de verdad el objetivo final te hará feliz…

jueves, marzo 01, 2007

LA ELECCIÓN



Sonó el despertador a las 7:00am y dudé en atrasarlo 10 minutos más, pero cuando lo hice me di cuenta de que ya me había desvelado y era mejor llegar 10 minutos antes a la oficina.
Fui a la cocina y puse a hacer el café, enchufé la tostadora y coloqué dos rebanadas de pan.
Fui al baño me di una ducha rápida y volví a la cocina; abrí la nevera y dudé entre coger el zumo de naranja o hacerme uno natural. Me tomé el café, las tostadas se quemaron un poco y perdí el apetito por ellas, mejor zumo natural.
Falda o pantalón, mejor el traje de chaqueta negro, había reunión, aunque tendría que conducir hasta el estudio… mejor el pantalón beige y la camisa blanca; aunque dónde tenía los pantalones que me ponía el año pasado... Mi armario parece la casita del conejo de Alicia en el País de las Maravillas, era como el bolso de Mary Poppins y todas las mañanas igual, porqué no elegiría la ropa la noche anterior… Ya llego tarde.
Cojo el abrigo y el bolso que no combinan para nada, pero no hay tiempo, me dejo el cd especial que grabé la semana pasada y que aún no he conseguido recordar coger para dejarlo en el coche. Arranco y me doy cuenta de que estoy en reserva, siempre igual, este coche chupa más que un canario con malaria.
Llegó 20 minutos tarde, menos mal que no me dejé llevar por los 10 minutos más en la cama. Escaleras o ascensor, total es el segundo piso; pero justo llega el ascensor, aunque lo hubiera esperado igual.
Buenos días, buenos días, buenas, hola, qué tal, “esta hija de puta siempre llega antes que yo”… Encender el ordenador, ver el correo y comprobar que hay 30 spam, ningún correo personal y 15 forward que borro sin mirar.
Bajan a desayunar, mejor me quedo, aunque debería comentar lo de las vacaciones, pero da igual, al medio día mejor.
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