sábado, noviembre 10, 2007

¿Y TÚ CÓMO CONDUCES?


Hace días que llegué a una conclusión y después de haberlo comentado con varias personas, algunas a favor y otras en contra, me reafirmo en mi teoría.

Y la teoría es la siguiente: “Conduces como haces el amor”

Ahora paso a argumentar la teoría, que no es la misma y no tiene nada que ver con esa de que “los tíos lo hacen bien si bailan bien”… La teoría que yo defiendo es para ambos sexos, tanto para las tías y como para los tíos, es una causa-efecto proporcional.

Para que nos entendamos todos, comentaré dos casos de los mil y uno que se pueden dar… ya que no hay en el mundo dos personas que “conduzcan igual”…

Hay ti@s que conducen diciendo aquí estoy yo “típico chulill@” – adelantamientos dcha- izda, comeculos en el carril izdo, para qué utilizar los intermitentes…. Bueno pues est@s lo hacen igual, meten segunda casi a la vez que primera y le dan caña al mono adelantando por dcha-izda según se pueda, por delante por detrás y por el lateral… Me seguís no?

Luego están l@s pausad@s-audaces, l@s mag@s del balón pero en la carretera, l@s que la matan callando… y te sorprenden sabiendo más de lo que aparentan y sin hacer ni movimientos ni posturitas bruscas…

En serio, esta teoría no falla… y sino poneros manos a la obra para comprobarla… a partir de ahora la pregunta será: “¿Y tú cómo conduces?”…

martes, noviembre 06, 2007

CARTA PARA UN IMBECIL

¿Cuántos minutos de tu tiempo habrás dedicado en pensar en mí? Muy posiblemente ninguno y yo gasto más de los que tengo en esperarte, en pensar en lo que pasó y en lo que me gustaría que pasase.

Y esto sin estar enamorada de ti, ni siquiera quererte, esto porque sí, porque estás en mi cabeza y la montaña rusa que dices que eres se me ha clavado más dentro de lo que yo hubiera podido imaginar.

Y eso que no me importas, que me das igual… pero no puedo dejar de preguntarme porqué no me volviste a llamar y lo peor es que la respuesta en fácil, porque no quieres, porque no te da la gana.

Pero en el fondo me queda una luz, pequeña pero brillante que me dice que volverás, pero entonces no sé si quiero estar, si quiero volver a pasar todos estos minutos esperándote otra vez. Quise conocerte, aún me gustaría conocerte, pero a lo mejor ya conocí todo lo que eres y no hay nada más.

Una vez me dijiste que ya no dabas oportunidades así, la oportunidad de conocerte, y eso no deja de darme vueltas en la cabeza, aunque de nada sirve y para nada vale.

Seguro que hay varias chicas como yo por ahí, pensando en ti, y si es así me pregunto si lo vales, si te mereces que la gente piense en ti… Y también me pregunto si habrá alguien que piense en mi y si yo lo valgo o no.

Cuando te conocí me dijiste que eras especial y yo pensé más de mil veces, que eras raro, y ahora me pregunto si de verdad eres tan especial para hacerme escribir esto, para hacerme soñar despierta y dormida, para quitarme el tiempo, para tenerme esperando de esta forma.

Porqué tú, porqué si no has hecho nada por mi para que te considere especial. Porqué si sólo hemos compartido dos noches, en las que ni siquiera he podido ser yo misma. No me diste tiempo, ni siquiera horas para conocerme y sin tan poco te importé, que hago yo ahora preocupándome porqué coño no volví a saber de ti.

FIRMADO: UNA IDIOTA

sábado, octubre 06, 2007

NOCHE SOBRE EL ASFALTO


Las noches pueden cambiar sin lugar a dudas la vida de cualquiera. Cambiarlo y mejorarlo o arruinarlo.

La noche tiene más fuerza que el día, en la noche es más fácil camuflarse entre el resto, dar el pego, mostrar una cara engañosa ante cuantos quieras.

Incluso en la noche están permitidas las mentiras, cambiar la mancha del rimel corrido por una sombra difuminada, pintar de jazmín de tus labios con los pétalos de una rosa o ponerte en mundo por bandera sosteniendo una canica con un solo dedo.

La noche tiene la magia y la energía que le cede el día. La noche es la reina y el día su lacayo.

De noche puedes sentirte amada por quien no siente por ti más que deseo, incluso puedes creer que sobre tus tacones serías capaz de ver más allá del horizonte, hasta puedes sentirte enamorada casi enloquecida de un hombre que sólo merece tu indiferencia.

La noche viene siempre antes que el día.

miércoles, septiembre 19, 2007

Primera parte de LA BODA


Soy consciente de que no he escrito el post pertinente, el de la boda, pero escribirlo era como saber del todo que ya se han casado y una cosa era la preboda, otra fue la boda y otra muy distinta poner final a CQP.

El día de la boda me levanté con a penas dos horas de sueño a la espalda, el resto de horas que estuve en la cama soñé que no llegaba a la iglesia, que iba montada en un burro, que llevaba las zapatillas de estar en casa y finalmente que la novia era yo… una serie de pesadillas que me permitieron levantarme enseguida sin remolonear.

En la peluquería, como en las películas de peluquerías de barrio, se cotillea, y en ésta que es de pueblo, se cotillea el triple… así que estuve aguantando toda serie de comentarios acerca del prometido… historias que yo ya me sabía más que nada porque yo era la chica de la que hablaban, de aquella de la que estuvo tan enamorado ¡Hay qué joderse!

Dos horas más tarde, y a hora y media de la boda estaba saliendo de allí, sabiendo que llegaba tarde y que mi amiga y su amiga estaba a punto de llegar a buscarme.
Llega a casa, comenta el peinado (que no me gustaba lo suficiente), prepárate y ponte en posición para ponerte el vestido: brazos arriba, barbilla pecho, brazos abajo, cremallera arriba y cremallera no arriba… cremallera enganchada en medio del puto vestido. Primero tranquilidad, esto no es otra cosa que la ley de Murphy, pedimos ayuda, la ayuda nos empieza a estresar… mamá que no sube, hija que te lo coso, mamá que luego se raja, hija que me estás atacando, mamá que voy en bolas, hijas que no, mamá llama a alguien, desesperación total y una mujer que entra y por obra de magia desengancha la cremallera…

A esto llega mi amiga y su amiga, me achucha para que me de prisa, estamos ya a 50 minutos de la boda. El baño es mío… y menos mal que no me maquillé antes de vestirme porque los sudores me hubieran dejado como un cuadro de Picasso.

Maquillaje perfecto y a punto de salir… me acuerdo del rimel… y cómo no, mancha en el moflete derecho… un poquito de papel y arreglado… pues no, la ley de Murphy se vuelve a cumplir. Manchón blanco, cara descompuesta, prisas de mi amiga y su amiga y después de intentar arreglarlo y no conseguirlo, estreses, estreses de los míos, de los malos, de los de no voy, joder que no voy, que se casen sin mí… y después respira hondo, vuelve en ti, desmaquíllate, vuélvete a maquillar y otra vez estamos casi perfectas o todo lo perfecta que podía estar.

Monta en el coche, mi amiga y su amiga asume su papel de relajadora personal y en marcha. Llegamos a su pueblo y al pasar por la puerta de la novia… Radiante y no sé qué va la novia… la novia saliendo. Acelera que llegamos detrás de la novia… mil kilómetros después (o al menos eso me pareció a mí) la maravillosa Ermita.

Hola, hola, qué tal, muy bien, qué guapa, qué guapo, sí sí, que no estoy nerviosa, que es todo mentira, quién me mandaría a mí venir… y una mano que me dice él está ahí, dice que vayas… Puerta de la Iglesia, más guapo de nunca, con los ojos más brillantes del mundo y una cara que me hubiera comido a besos y nuestra conversación pendiente, en cinco minutos, rodeados de gente pero solos, sólo para él y para mí… aplausos, llega la novia y yo desaparezco.

Y estaba feliz y me sentía bien y me alegraba por ellos, pero me picaban mucho los ojos aunque el rimel dominaba la situación, de la última fila aún no sé cómo pasé a la tercera… y lo vi todo, hasta cuando la novia se descojonó antes de decir el sí quiero (eran los nervios), bueno lo vi casi todo, el beso lo dejé para el resto… Ya estaba todo hecho, tenía ganas de hacer las maletas y volver a mi casa que parecía que estaba en otro continente… me imagina a Julio Roberts en la boda de mi mejor amigo, pero no, era la boda de él y yo era Julia Roberts más morena y con más curvas…

Nos íbamos para llegar pronto al restaurante y ahorrarnos un poco el momento enhorabuena cuando nos encontramos de frente a los esposos, más bien yo me choqué con él, que casi no me vio, le di dos besos y le felicité…no sé muy bien porqué, pero era lo que tocaba; luego a ella, que estaba guapísima y después me metí en el coche y me respiré hondo varias veces… menos mal que yo no conducía.

Después de unas cañitas como p i s c o l a b i s, llegamos al restaurante y estamos casi casi del todo acopladas al grupo de amigos de la ya esposa, antes prometida.

Y hasta aquí la primera parte… en la segunda estaba borracha así que no sé si llegaré a contarla.

miércoles, septiembre 12, 2007

SÓLO FALTAN DOS DÍAS


Dos días para la boda y eso que parecía que este día nunca iba a llegar. Sólo dos días. Y se me acaba el tiempo, y se me acaba con él nuestra historia, una historia que creo fue muy diferente para él y para mí.

Ni mi trabajo nuevo, ni los exámenes, ni las cosas que me han pasado en estos últimos meses me han sentado frente al ordenador para escribir un post, sólo la boda ha sido capaz de hacerlo. Y sinceramente creo que la única razón es que quizá por una remota casualidad él termine llegando aquí y descubriendo que mi historia, también es suya, incluso más suya que mía.

A dos días de la boda, tengo atascado aquel chocolate espeso en la garganta; ahora se ha convertido en una masa que sube y baja del estómago a la boca sin parar y hace que me piquen los ojos, tanto que sin darme cuenta algunas lágrimas caen sin permiso.

Una buena amiga me aconsejó que le escribiera una carta, para decirle ahí lo que no soy capaz de decirle en persona: “puedes no escribirla y morirte de asco, escribirla y morirte de asco igualmente o escribirla y quedarte tranquila”… y quizá si no estuviéramos a dos días de la boda, lo haría, pero ya es demasiado tarde. Y después de más de cincuenta cartas escritas y sin terminar que terminaron en la basura, no soy capaz de empezar a escribirla ahora.

Sólo dos días y aunque pensaba escribir esta noche nuestra historia o quizá, mas bien la mía, me parece absurdo hacerlo… ya se ha terminado el tiempo para pedir perdón y hablar con el corazón en la mano y decirle lo que nunca le dije y darle el abrazo que tanto deseo, sin intenciones… Sólo porque nunca se lo dije, pero una vez le quise y aunque sólo sea un poco, aún le quiero.

lunes, agosto 13, 2007

ENCUENTRO PEDUFLAS


Tras un par de intentonas de quedada con los prometidos y una semana de continuos sueños altamente sofocantes y pesadillas acojonantes, quedamos en ese bar que ya parece haber obtenido el nominativo de “el de siempre” a las 23:00h del viernes noche.

Fieles a su puntualidad llegaron veinte minutos tarde, pero esta vez no nos importó demasiado porque era una de esas noches en las que te pasarías las horas en la calle. Cuando llegaron él nos saludó enseguida y ella lo hizo con la habitualidad que ya suponía vernos, aunque esa actitud también se debiera al cansancio que arrastraba y del que nos hizo partícipes a los tres durante toda la noche, bostezando una y otra vez.

La velada no prometía nada especial, yo conducía, así que dos coca-colas y trescientos millones de gases después de mi cuenta junto con cubatas, tintos y cervezas de los demás cambiamos de sitio, no sin antes llevarnos embolsados cada una varios peluches que mi amiga y su amiga y él se encargaron de coger de una máquina saca-cuartos, mientras la prometida me ponía al día de los nuevos detalles y conflictos de la puta- boda (sin ánimo de ofensa).

Comentar antes de pasar al momento importante de la noche que la prometida y sólo por serlo, se llevó el peluche donald que a mí me correspondía, y yo en su defecto y tras el hurto del peluche pato de mi amiga y su amiga que también me correspondía, terminé con una vaca-peluche-embarazada- con barriga-cola – con acné, un perro- peluche con ojos tristes y un garfield- peluche que quizá pase a formar parte de la decoración del coche (ya lo aviso a navegantes).

El momento importante de la noche comenzó cuando decidimos ir a un sitio nuevo, la terraza de un hotel de 4* que acababan de abrir. Un jardín precioso nos recibió al entrar y nos enmarcó en un lugar de ensueño que yo hubiera disfrutado en otro tiempo con otra persona… pero lo que hay es lo que hay.

Tras conseguir acomodarnos después de dos cambios de mesa, comenzó una gran noche bañada por la lluvia de estrellas que se celebraba sobre nosotros. La prometida seguía bostezando entre cada frase y él junto con mi amiga y su amiga volvían a hablar de las cosas del ayer, rozando casi- casi la línea que ambos saben que no podemos cruzar. En medio de la conversación me quedo ensimismada y al volver descubro que estoy mirando fijamente al chico de la mesa de enfrente que resulta ser el ex de mi amiga y su amiga… con el cual no terminamos demasiado bien, pero que en algún tiempo fue mi mejor amigo. La comunicación de mi hallazgo levanta los nervios esta vez de mi amiga y su amiga, ya está bien que por una noche yo descanse, así que para compensar nervios mi amiga y su amiga y él deciden pasarse con las copas, mientras la prometida que parece haberse despertado comienza un interrogatorio del ayer que termina con mi nombre en la pregunta: “y cuando te liaste con*”… pero resulta que no era yo, era otra yo diferente o eso parece ser, así que como su lista de conquistas me supera, empiezo a sentirme como ya no viene al caso y después de muchas risas de ellos, vaciles a un camarero con muchísima paciencia y muy simpático y 20 km conduciendo a 90km/h porque me apetece mirar al cielo, llego a casa y no puedo dormir.

***Por cierto el Misterio de la Flor de mi secreto, del suyo, o del que sea… queda resuelto. La prometida en medio de comentarios por parte de mi amiga y su amiga y yo a propósito sobre peluches y en medio del reparto de los que nos regala él, se descubre y desvela que ella tiene la flor… Ahora queda de mi parte pedírsela o actuar siguiendo sus métodos de hurto discreto…

miércoles, agosto 08, 2007

EL MISTERIO DE LA FLOR


Podría tratarse de “la flor de mi secreto”, pero es más bien “el secreto de mi flor”… y es que desde hace unos días no veo la Flor que llevaba enganchada en el asiento del copiloto del coche… pensaba que estaría en el suelo o algo así, y cuando por fin decidí buscarla a fondo pues me percate de que no estaba.

La flor me la regaló el año pasado mi amiga Ana, fue el primer “adorno” del coche, con lo que más que su valor material, era el afectivo… peroooo nadie sabía nada de la flor, aunque se barajan varias hipótesis:

HIPÓTESIS 1: En una de las que descuidada abro o abren la puerta de atrás, la flor cae al suelo y nadie se da cuenta…

HIPÓTESIS 2. Alguien que ha montado en el coche la ha robado, un poco excesivo porque no montan desconocidos y creo que no tengo amigos ladrones.

HIPÓTESIS 3: La prometida hizo en uno de nuestros últimos encuentros un comentario acerca de la flor y pensando mi amiga y su amiga (de él) pues a lo mejor resulta que cree que los peluches- adornos de los coches se intercambian sin permiso… todo puede ser.

El caso es que el misterio de la flor está dando para mucho, así que se pide que si alguien sabe algo lo diga ahora o calle para siempre.

domingo, agosto 05, 2007

DE NUEVO SU CASA

Esta vez con intención y alevosía, en la noche de un sábado sin plan convincente, mi amiga y su amiga y yo decidimos ver una película.

La idea es de ella, yo sólo asiento y la llevo; y es que los prometidos tienen muchas películas en su casa y tras una llamada o un sms de mi amiga y su amiga, no recuerdo, nos presentamos en su calle, a la puerta de su casa.

Él nos invita a entrar desde el balcón, de nuevo los escalones que hace ya nueve meses que no visitamos… un salón mejor decorado que la vez anterior y la prometida tirada en el suelo buscando las películas que tiene en un mueble bajo nos reciben. Él aparece por la puerta y nos saluda con dos besos, yo como de costumbre ya tengo las mil y una lagartijas recorriéndome el cuerpo.

Mi amiga y su amiga se sienta en el sofá con la prometida para seleccionar las películas, no me importa demasiado cuál elija, así que yo hago que las miró de pie…él en una conversación de la que parecen fuera la prometida y su amiga y mi amiga, me pregunta si lo ví en la web donde me dijo*** y yo respondo algo aturdida que sí, que estaba muy guapo, porque es verdad.

La prometida ofrece una tarrina de cd´s vacía a mi amiga y su amiga que se llena, y cuando yo pienso que ya no tenemos nada que hacer allí, la prometida nos sorprende y vuelve a enseñarnos su cocina… aquella tan tremendamente horrorosa que ya nos enseñó (y que creo que yo no describí así, pero es que ya empieza a ser pesada; y yo a guardar ciertos resquemores absurdos). Y tras la cocina y un nuevo tramo de escaleras su habitación conyugal recientemente regalada… sencilla a la par que elegante, inusual en ellos, (el resquemor persiste). Salgo de la habitación un tanto acalorada y con ganas de irme y sin darme cuenta le enseño lo que no quiero, él sube las escaleras y yo arriba con mi minifalda, porque vengo de la piscina estoy agachada percatándome que llevo un chicle pegado en el empeine de mi pie izquierdo, y en medio de mi sorpresa (porque cómo coño se pega ahí un chicle), miro hacia las escaleras y le veo aturullado mirándome, dándose la vuelta y bajando las escaleras… genial, fantástico, otra de mis grandes actuaciones!!!

Si antes tenía calor y lagartijas por el cuerpo, ahora me salen sapos de cada uno de mis poros… Pero por fin nos despedimos, ella nos acompaña hasta el final de los interminables escalones que nos separan de la calle y tachan! Abrimos la puerta y nos encontramos a la comitiva que viene a cenar a su casa… los primos de ella, una pareja, dos chicos… pierdo la cuenta cuando la comitiva nos corta el paso y celebra que nosotras también nos quedemos a la cena… pero no, esta vez mi acaloramiento es tal que me encargo de luchar contra la barrera humana que permanece en la puerta y salgo airosa de la malograda cena que podría haber tenido lugar… aunque una vez en el coche y victoriosa a la par de estresada, mi amiga y su amiga baja la ventana y le grita a él, que nosotras le acercamos a comprar el pan para la cena.

Yo que desconozco en qué momento se ha hablado de pan, respiro hondo y espero la negativa inexistente. Mi amiga y su amiga por su parte hace la intentona de pasar al asiento de atrás, pero me encargo a tiempo de que se quede quietecita y deje de liármela.

Tras una conducción algo precipitada y algo accidentada llegamos a la gasolinera. Ellos bajan y yo espero en el coche, pensando que no pueden ser ciertas las cosas que me pasan. Mientras un hombre se acerca al coche y me dice que apague las luces que gastan batería y asomándose a la ventana me indica que voy un poco fresca… la simpatía que me caracteriza está a punto de responderle cuando me dice que mi amiga y su amiga es hija de un amigo de su hijo, y yo como buena chica regulo hasta morderme la lengua. Él sale y yo le hago señas para que se de prisa en llegar al coche y comerse conmigo el marrón viejo-verde-conocido que tengo encima, pero el hombre le increpa haciéndole saber que su novia, véase YO, va un poco fresca y debe cuidarla mejor si no quiere que se la quiten… Grandes segundos de tensión hasta la aparición de su amiga y mi amiga que saluda al hombre y una salida estrepitosa de allí y una nueva conducción alterada hacen que halla bromas y que si el prometido no se había enterado de que me pone nerviosa, por fin lo haya hecho.

*** Será una confesión breve que no busca comentarios amenazadores. Unos días antes de la cena él me escribió un mensaje comentándome algo absurdo, que salía en una página web, yo le respondí algo totalmente inocente, que me encontraba en su pueblo y no podría mirarlo enseguida, él me contestó algo nada interesante y por casualidades de la vida me vio conduciendo y me escribió para comunicármelo y yo para no ser descortés comenté lo controlada que me tenía. Fin del día “sms´s Él”.

martes, julio 31, 2007

NUEVO ENCUENTRO: EL BESO


Siempre me han gustado los caballos, siempre me ha llamado la atención su porte y altanería… de pequeña me gustaban los caballos blancos, como los de los príncipes de los cuentos de hadas… después me fijé en los negros, los de pura sangre… y hace varios años me fijé en uno en concreto que corría en las fiestas del pueblo de él.

Fue el día que lo conocí y desde aquel año no había vuelto a ver aquellas carreras… hasta este año.

Mi amiga y su amiga venía conmigo aún sin demasiado interés. Llegamos a la 13:00horas con la información en un sms de la prometida, de que a esa hora eran las primeras carreras.

Aparcamos tan lejos que pensamos que se había confundido, porque el pueblo parecía vacío, pero cuando por fin llegamos a la plaza del pueblo entendimos que era allí donde estaba todo el mundo.

Las vimos solas, porque los prometidos (cada uno en su casa) dormían. Pero sentí lo mismo que sentí aquella vez y pude ver al mismo caballo… y noté cómo se erizaba en vello de mis brazos con cada carrera y recordé cada segundo de aquel día que creí tan olvidado.

Nos fuimos sin saber si volveríamos por la tarde para ver las segundas carreras. Pero de hecho lo hicimos, esa misma tarde antes de las 19:00horas estábamos en camino,

Aparcamos igual de lejos y subimos hasta la plaza, allí estaban esperándonos, él salió enseguida a recibirnos, parecía contento al vernos. Enseguida apareció ella, más contenta aún. Estuvimos tomando algo y hablando de nada en particular. Él tan guapo como últimamente le percibo.

Salimos para ver las carreras, y lo miré tanto como quise y él se acercó a mí más que nunca. Llegaron sus amigos y me miraron y “fliparon”, pero a pesar de la tensión que se respiraba en el ambiente, yo estaba feliz, me sentía bien, con la prometida a un lado y él al otro, con mi amiga y su amiga, vimos las carreras y todo era como tenía que ser, cada uno tenía su puesto y todo parecía encajar.

Terminaron las carreras y nos invitaron a quedarnos, pero yo tenía que irme, nos acompañaron hasta el coche, nos despedimos y nos fuimos satisfechas.

Tres horas más tarde y por las pequeñas cosas que tiene la vida estábamos de nuevo camino de su pueblo. Más animadas que otras veces y con la sospecha de que podía pasar cualquier cosa.

Llegamos, dimos una vuelta, vimos el ambiente y finalmente les llamamos. Nos recibieron como si nos esperaran, estuvimos con sus amigos y bailamos en medio de la plaza. Al principio sólo la prometida y yo, después mi amiga y su amiga y hasta él.

La prometida por alguna razón sigue teniendo más afinidad con su amiga y su amiga, así que fueron varias las veces en las que me quedé a solas con él, pero casi no hablamos.

De la pregunta jamás se supo y mucho menos aún de la respuesta, pero creo que poco importa.

La prometida es buena, más inocente de lo que debería, pero tiene buen corazón… a veces me recuerda a mí, pero a mí hace años… me cae bien y la he cogido mucho más cariño del que tenía intención, si es que la tenía.

Él es él, yo me entiendo, cuando estamos a solas se comporta diferente, hablamos del pasado y le brillan los ojos y tengo la sensación de que ambos recordamos las mismas cosas… me gustaría poder hablarlo con él, pero sin intención de nada, como dos buenos amigos, reírnos del pasado, de los detalles, de los recuerdos que por ser tan silenciosos adquieren más importancia de la que en realidad podrían tener, pero no me atrevo, no quiero estropearlo todo.

Hay segundos en los que estoy a su lado y siento que no ha pasado el tiempo, pero enseguida caigo en la cuenta y lo bueno es que ya no siento nostalgia, siento un cosquilleo de felicidad que me recorre el cuerpo.

Y entre pensamientos, recuerdos, bailes, risas y conversaciones de todo un poco son las 4:00h y es hora de irse.

Los prometidos nos acompañan al coche, que parece que ya no está tan lejos, les digo que les dejo un poco más cerca para que no tengan que volver andando y desde el asiento del conductor me despido de ellos. Primero de ella y después mientras mi amiga y su amiga habla con ella, de él… y por aquello de lo estrecho que es el hueco, por la oscuridad, lo patosa que soy o que somos, pues sin querer o al menos sin pretenderlo… nos besamos.

Nadie ve nada, él baja del coche aturullado, ella sigue dentro hablando y yo quiero acelerar y salir de allí cuanto antes. Me pican los labios, por su barba creciente, siento su olor más cerca que nunca y estoy temblando… Aún tengo que mantener el tipo, por fin la prometida baja, nos despedimos y acelero… se lo cuento a mi amiga y su amiga y aunque sé que ha sido sólo un accidente, estoy nerviosa y me pregunto si él también lo ha sentido, me refiero a cómo yo lo he sentido… sólo un beso traicionero, de esos que nos hemos dado todos alguna vez, un beso por casualidad, de los inocentes, de los que se olvidan, de esos que ni siquiera se cuentan, de esos que desaparecen nada más darlos… de esos, aunque yo me halla pasado la noche recordándolo.

miércoles, julio 11, 2007

LA CITA


Esta vez no me lo esperaba, fue él quien me dijo que quería verme. Hacía ya 9 meses que no nos veíamos, es decir un embarazo o en su defecto su noviazgo con la argentina.


Quedamos para ir al cine, llegué 15 minutos tarde y lo esperé en las taquillas, me sorprendió por detrás y no le vi ni guapo ni feo, y no sentí ni frío ni calor.


En la taquilla no estaba la película que queríamos ver, asique nos vamos a otro sitio, tentando nuestra suerte sin saber si allí estará en cartel.


Llegamos después de perdernos, hablamos, ya no estoy nerviosa... me fijo en sus labios, en sus manos y recuerdo lo mucho que me gustaban sus besos y sus caricias, y vuelvo a la conversación.


La película que queremos ver ya ha empezado, decidimos entrar a ver otra.


Dentro de la sala de confirma la que para otros sería "la ley de murphy", pero para mí es "la ley de mi misma"... Alguien le llama por su nombre, una voz de mujer, yo miro sorprendida y veo a una chica... es su ex.


Genial, gran cine, estamos dos filas detrás de ella y de su acompañante, que resulta ser un chico bastante guapo, pero que no tiene ni sus labios ni sus manos, pienso en decírselo, pero después me arrepiento.


Durante la película ambos buscamos el roce de nuestras manos, pero sin que parezca evidente... a mí me apetece besarle, pero entiendo que no es el momento, que él me hubiera besado pero no es el mejor momento.


Salimos del cine, es imposible evitar de nuevo el encuentro, noto como ella me mira escrupulosamente, yo evito mirar más de la cuenta.


Cenamos y hablamos de cosas más y menos serias... hay momentos sensiblones, pero yo estoy fría.


Me lleva a casa después de perdernos, baja del coche para ver cómo ha cambiado mi barrio y nos despedimos con dos besos.


No le digo que suba porque no sé muy bien si es buen momento y entiendo que es tarde y tiene que madrugar.


Ahora, una vez en casa, tengo cierto vacío en el estómago... hubiera querido besarle, acariciar sus manos... pero no... hoy no.


Quizás dentro de nueve meses.

lunes, julio 09, 2007

LA PREGUNTA


Nuevo encuentro y esta vez porque me apetecía… porque hacía mucho tiempo que no sabía de ellos, de los prometidos, y ya tocaba dar vida a este blog.

Hablé con ella hace un par de fines de semanas pero finalmente no pudimos vernos; sabía que estaba sola hasta las 20:00h, pero casi mejor quedar solo con ella.

A las 17:00h le mandé un mensaje y a las 18:30 estaba con su amiga y amiga esperándola en otro bar cualquiera. Llegó sonriente, aunque se la notaba cansada, con una bolsa en la mano y dos sobres que asomaban en su bolso. Dos besos, sonrisas sinceras y esos sobres sobre la mesa… para mí, algo que sé pero que no debo haber entendido tan bien como pensaba… Las invitaciones de su boda…

Un par de consumiciones después y medio paquete de tabaco suyo y mío tras una conversación de todos y cada uno de los problemas que deriva una boda, llamó el prometido, nos esperaba en ese otro bar cualquiera, que ya es de siempre.

Llegamos antes que él, y nos sorprendió hablando de cómo iba a proponerle la separación de bienes… “por si acaso, ya se sabe”, estaba diciendo ella. Creo que él no se enteró.

Hacía calor y él siempre estaba blanquito por eso siempre me llamaba la atención su color de pelo, medio rojizo- medio rubio, y sus ojos, tan azules y él tan blanco…Pero esta vez estaba moreno, sólo un poco, pero lo justo para que a pesar de no estar tan guapo como antes, estuviera más interesante que nunca.

Le saludé con la invitación de su boda en las manos y él esquivo mi mirada, le hablé y me contestó sin mirarme… dijo que tenía que hacer algo y volvió a dejarnos solas.

Mi amiga y su amiga también tenía que hacer algo, así que por primera vez desde hace ya nueve meses, la prometida y yo nos quedamos solas y después de más de dos y de tres consumiciones y no precisamente sin alcohol, llegó la pregunta para la que yo justo ese día no tenía nada preparado, la pregunta que tanto llevaba esperando y que ya casi había olvidado.

¿tuviste algo con xxxxxx?

Me lo preguntó justo cuando estaba bebiendo, y yo seguí bebiendo… hubiera querido ahogarme en ese tubo de vaso como un mosquito enano…

Y no hubo respuesta, llegó él y la conversación siguió por otro lado… ya no me preguntaron si iría a la boda o no acompañada, en el sobre de la invitación sólo pone mi nombre, ya no hubo más juegos de miradas… sólo una tensión que cortaba el aire, pero la prometida me sonreía y no parecía guardarme rencor, en cambio él estaba raro…

Ella le pidió un beso y él se lo dio en la mejilla, ella se quejó porque lo quería en la boca y él la apartó con cuidado.

Poco después nos fuimos, me llevaron donde estaba mi amiga, hablamos pero de nada interesante, aproveché un semáforo para bajar del coche, no quería despedirme, un adiós un tanto repentino y un nos vemos pronto fue lo único que dije antes de cerrar la puerta de su coche y de empezar a caminar pensando que quizá el beso que él no quiso darle a ella en la boca, se lo negué yo a él muchas veces hace ya mucho tiempo…

Esta vez el encuentro me deja un tanto tocada… y sin saber muy bien qué es lo que debo hacer ahora, y no dejo de pensarlo mientras miro la invitación que ellos mismo han doblado…

domingo, mayo 27, 2007


Te espero y te vas. Te busco y no te encuentro. Me huyes y yo desaparezco.
Abres la ventana y el viento. La cierras y el silencio. Sólo dame tiempo soledad.

sábado, mayo 26, 2007

CRITICA SOCIAL




Sabéis que normalmente mis post se basan en cosas superfluas y sin demasiada importancia, pues bien, vamos a cambiar de palo. Hoy por ser hoy.

Después de haber decidido dedicar el día al estudio… y haberlo conseguido a ratos, tengo que echar la culpa a los señores agentes de la policía municipal por haber hecho que lleve 3 horas más pendiente de ellos que de Diseño periodístico. Y os preguntaréis porqué, pues porque uno de los pasos subterráneos de Castellana se ve perfectamente desde mi ventana, la que está justo encima de mi escritorio (de ahí que no pueda apartar la vista).

El caso es que tras las maravillosas tormentas que han cubierto Madrid en estos días, el paso subterráneo se ha inundado y nadie ha hecho nada para evitarlo. Durante la semana yo misma he sufrido los efectos de la lluvia, calándome hasta un poco menos de la rodilla y pasando por una serie de tablas con menos estabilidad que yo en una bicicleta… Pero parece ser que la tormenta de hoy al medio día ha colmado de agua al paso subterráneo y era bastante difícil por no decir imposible cruzarlo. Así que “supongo” tras varias llamadas de vecinos y transeúntes, un maravilloso coche de la policía municipal ha aparcado en la entrada de uno de las entradas-salidas del túnel y en la otra ha puesto dos vallas amarillas.

Hasta ahí, no veréis el problema… pues lo había. Los señores policías se han metido en su coche de policía (porque chispeaba) y desde ahí con un altavoz infernal informaban a los peatones que pretendían pasar por el otro lado, (porque aquí en Madrid lo de las vallas amarillas no supone ningún obstáculo), que no podían cruzar el túnel, que lo hicieran por “otro lado”.

“El otro lado” es la carretera, en sentido norte la que va para Burgos y en sentido contrario la que va a Castellana – Plaza Castilla… Ninguna locura cruzarla, un paseo por las nubes…

Pues bien, ahí han estado los señores policías, metidos en su coche durante 3 horas en las que mujeres, hombres, niños y ancianos se han jugado la vida cruzando por “el otro lado”.

Ya han llegado los bomberos y parece que la gente empieza a pasar a través del paso subterráneo, y ahora los señores policías están fuera de su coche, mirando la actuación de los bomberos, con una pose de autoridad respetable por haber estado durante 3 horas velando por la seguridad de los peatones, eso sí, DESDE SU COCHE.

Quizá estaban allí para ser los primeros en llamar a la ambulancia si alguno de ellos resultaba atropellado.

martes, mayo 22, 2007

UN DIA EN LA OFICINA

A veces es curioso ver como la vida corre a tu alrededor sin que tú tengas la obligación de participar en la carrera de obstáculos que otros muchos intentan ganar.

Son las 11:53, estoy en la oficina y puedo decir que el silencio casi total existe, tan sólo se escucha el hilo musical de la recepción por el que suena el último disco de Maná... esto que podría ser en otros muchos lugares algo normal, se percibe aquí como algo realmente extraño.

Aún sabiendo que esta tranquilidad no durará mucho, me sirve de respiro para ver como todos los demás siguen una carrera frenética, que yo una vez corrí e incluso fui capaz de otear la meta... pero que ahora percibo como absurda y lejos de ninguno de mis propósitos.

Una amiga me dijo, esto es lo que hay, no esperes a nada, es sólo esto y no es poco. Y tenía razón, a veces ser excesivamente ambiciosa hace que el vaso rebose y termine vaciándose y otras el excesivo pasotismo hace que pierdas las oportunidades que quizá jamás vuelvas a tener. De una manera o de otra, creo que en el punto medio está el equilibrio, en sentirse bien haciendo lo que haces, en disfrutar con cada momento y en saber que si pierdes el miedo a equivocarte tendrás resueltos gran parte de tus comecocos...

Y es que si algo te quita el sueño, lo mejor es que te levantes e intentes solucionarlo, y si no tienes la manera de hacerlo, elige tu canción favorita y date cuenta de que el miedo a equivocarte sólo está en tu cabeza, no?

jueves, mayo 03, 2007

EL DESPUES

También llamado tonteo, ligoteo, tanteo o simplemente tiempo pos-coito… Son unos días en los que de no ser que tengas muy claro que el sujeto en cuestión está a tus pies, tus tiempos ociosos se vuelven eternos. Tu móvil o teléfono se convierte en tu mejor adversario y no dejas de mirarlo compulsivamente, eso si es que no le has dado tu e-mail, en cuyo caso también debes añadir el ordenador…

El tema está en no saber lo que pasa por su cabeza y el hecho de que no quieres convertirte en una obsesa compulsiva que le escribe, le llama y le agobia… Simplemente quieres saber qué es lo que va a pasar, si debes esperar algo o no… Eso si no es el típico pesado que te lo pone a huevo, que entonces hace que pierdas el interés, de no ser que te guste de verdad. (Joder que malas somos, si es que tomamos de nuestra propia medicina).

El caso es que es estos días “pos” analizas cada uno de los posibles mensajes que podrías mandarle, incluso si se produce un intercambio de mensajes, llamadas o e-mails te encargas de estudiar minuciosamente sus palabras intentando averiguar que quería decir exactamente con ese: “nos vemos con calma otro día” o “bsts”, porque sus palabras pierden la presunción de inocencia en el momento que aterrizan en cualquiera de tus sentidos. ¿Por qué?, porque tú sí has analizado cada una de las comas o silencios que han incluido en vuestra comunicación.

Puede que parezca que esto es un síntoma femenino de inseguridad e histerismo, pero no, porque en el caso contrario se produce de manera similar cuando al tío de verdad le mola la tía, y está después de haber pasado varias veces por estos días “pos” vacila en mostrarse tal cual es.

Conclusiones: la mayoría de las veces y siempre que no haya condiciones especiales, si los días “pos” se alargan, él o ella pasa de ti así que no hagas el canelo…Además si no haces el canelo, hay más posibilidades de que la situación se de la vuelta. Eso de que si deseas algo con mucha fuerza a veces ocurre, quizá sea cierto, pero también lo es eso de que si no esperas algo, seguro que te sorprendes.

Por cierto, ni penséis que estoy en esos días “pos”, ya soy mayor para estas gilipolleces.

viernes, abril 13, 2007

PERO YA SOY LIBRE


Los barrotes eran sueños por cumplir, las paredes mentiras que parecían crecer a medida que pasaban los días, el suelo se hacía tan frío que a veces me helaba la sangre y sólo la luz que entraba por aquel ventanal se transformaba en beso y caricia, pero sólo al amanecer.

Nuestra relación, era una condena que se tornaba perpetua, la espera me declaraba culpable y sólo la valentía daría paso a mi libertad. Él era mi cárcel y yo una estúpida presa que durante años prefirió mantenerse encerrada.

jueves, abril 12, 2007


Hay días en los que no entiendes nada (como dice Blanca), otros en los que por suerte entiendes algo y otros en los que no hace falta entender nada para ser feliz.

Ahora me siento bien, vuelvo a nacer (metafórica y profesionalmente), es otra oportunidad y no sé si más positiva que negativa, pero sé que la necesitaba y que me encantaría salir descalza a bailar bajo la lluvia, subir al edificio más alto de Madrid y gritar al mundo, saltar para tocar las estrellas de mi habitación y sobre todo compartir lo que hoy siento con los que de verdad me importan… lo último será lo que haga realidad, lo demás lo imaginaré como si fuera cierto.

sábado, abril 07, 2007

LA NOCHE DEL MONO


Cada nuevo encuentro con los prometidos es desde luego un nuevo capítulo en una historia que oteo bastante larga…

Esta vez fue algo así como provocado por lo cotidiano que resulta ya verles en cada una de mis escapadas. Una llamada de teléfono a la prometida a 5minutos de donde estaban y una respuesta algo seria según mi amiga y su amiga que puso en jaque mis miedos a que descubra lo que ninguno queremos que descubra…lo que llevó a inventar una historia que me vuelve a poner entre la espada y la pared… es decir hablar de mi novio (inexistente) nada mas verlos, repetir varias veces cualquier historia en la que se nombrara a mi querido Casper…

Pero por ser así el encuentro, provocado e inesperado para ellos, nos encontramos con un espectáculo bastante casposo, que yo y su amiga y mi amiga hubiéramos preferido ahorrarnos.

Llegamos con el diluvio universal sobre nuestras cabezas, y por eso de aparcar cerca del bar donde estaban salimos sin paraguas… y mal… porque la supuesta puerta del bar era la trasera y estaba cerrada, así que da la vuelta, empápate y por fin entra y observa!

Varias parejas, entre ellas la de los prometidos estaban sentados alrededor de una mesa completamente llena de cascos de botellines vacíos y cubatas o cuba libres a medio beber… Hasta ahí algo medio normal, que ya debería habernos advertido cómo estaba el ambiente…

Los prometidos se levantan para recibirnos, la prometida con una sonrisa de oreja a oreja, mucho más delgada que la vez anterior (debido al plan dieta- preboda)… Y el prometido con un ciego bastante importante, que mi amiga y su amiga ignora por el momento y que a mí me invita a correr hacia la puerta y desaparecer bajo el diluvio.

En esto que yo me dedico a observar el espectáculo, que ahora describo… mi amiga y su amiga que se pone como siempre a ponerle a la prometida al tanto de no sé qué, en esto que yo ya he olvidado el plan trazado en el coche, cuando la prometida muy sonriente y tan inocente como siempre, me dice: “ Y dónde está entonces tu churri?”. A lo que yo respondo mentalmente “¿qué churri?” y verbalmente con un tartamudeo insólito: “A… a.. esto.. está en… digo, creo, que está en Caacadiz”, y ella que resuelvo que está tan ciega como el prometido me dice: “al final lo voy a conocer el día de la boda” y a esto le sigue esa risa suya que hasta ahora no había comentado que me revienta. Y yo lógicamente le muestro mi mejor sonrisa.

Mal, sí, sí mal, fatal… Pero no peor que el espectáculo que se desarrolla antes mientras y seguramente después de nuestra llegada. Y es que todos están más “pedo que Alfredo” y se dedican a reírse, incluso a llorar de la risa ante cada uno de los movimientos del prometido, que tras asustarse y emitir grititos de nenita al caerle un mono de peluche en la cabeza (tirado por un hombre al que llaman “ni mucho ni poco” porque se llama Justo), se dedica a poner al mono en las posturas más insólitas que podáis imaginar… Todos se ríen y la prometida sonríe mientras su novio se ridiculiza hasta el punto de llegar al absurdo… mi amiga y su amiga y yo ponemos cara de ¡uy qué gracioso! hasta que el dolor de las mandíbulas es tal, que decidimos mediante un leve toque rodilla-rodilla despedirnos hasta la próxima con una gran sonrisa.

Salida del bar, vuelta al diluvio, no encuentro las llaves, vuelve al bar, ah no espera están aquí, arranca el coche, aléjate tan rápido como puedas y sólo un comentario: “muy posiblemente por cosas como las de hoy, yo no soy la prometida… entre otras miles de cosas claro”…

Por cierto, empiezo a plantearme poner en acción el plan “novio-para-la-boda”.

martes, marzo 27, 2007



Llevo días soñando con sus manos, supongo que porque fueron ellas las que me hicieron reparar en él. Hace mucho tiempo de eso, pero puedo recordarlo como si hubiera ocurrido ayer.

Era temprano y todos estaban de fiesta cuando yo llegué, yo estaba recién levantada y con ganas de recuperar toda la fiesta que me había perdido por la noche… tenía 15 años y aún no sabía que aquel día iba a suponer tantas cosas en el resto de mi vida.

Estaba sentada esperando que llegaran mis amigas cuando me fijé en una mano apoyada en el bordillo de la acera, desde donde yo estaba no podía ver a su dueño… pero era una mano diferente, imaginé la historia de aquella mano, la vida de su dueño y tuve tantos deseos de tocarla que lo hice. Me senté en la acera mirando al frente y como quien no quiere la cosa rocé con mi mano su mano, y tal y como había imaginado, no era una mano suave, era una mano que me estremeció… y tras tocarla me crucé con los ojos de su dueño…

Y entonces fue como darme cuenta de que la historia que había imaginado para aquella mano era real, y deseé con todas mis fuerzas coger esa mano con la mía y no soltarla nunca.

Ahora la echo de menos…

jueves, marzo 15, 2007


Los cristales estaban tan empañados que no podía ver dónde estábamos. Además era de noche y sentía el frío de la niebla calando mis huesos. Había dejado de tener miedo, ya no lloraba y mis gemidos se habían vuelto mudos.

Lo único que sabía es que había montado en aquel tranvía con un único destino, un final que aunque no me había resignado a acatar, era demasiado evidente.

Sabía que la última parada suponía una vida que no había decidido. Quizá podría escapar, pero había visto el terror de las otras chicas en su mirada y la desgana de su alma.

Fue entonces cuando aquel tranvía me escuchó y me habló, me ofreció la única salida y yo acaté complacida. Salté con el valor de los cobardes y la cobardía de los valientes.

lunes, marzo 05, 2007

UNA VEZ...


Las notas llegaron a casa antes que yo. Mamá me estaba esperando detrás de la puerta. Cuando entré me tragué el escobón de lleno. Corrí hacia la habitación, pero mamá venía detrás de mí. Sólo podía decir que lo sentía. Si hubiera estudiado más me habrían dado la beca. Mamá estaba muy enfadada, aunque creo que aún más triste. Yo era el pequeño, su única esperanza. La había fallado. Yo también estaba enfadado y triste. Quería huir, desaparecer…

Cogí mi bicicleta y pedaleé sin parar. Mamá me gritó que volviera. Yo quería irme lejos. Subí hacia el monte. Quería conquistar la montaña. Allí no debía dar explicaciones a nadie. La montaña me entendía. Pedaleé tan rápido que llegué a la cumbre casi sin aliento. Tiré la bicicleta y grité. Le gritaba al mundo, me gritaba a mí mismo. Levanté la bicicleta, miré abajo. Cayó un peñasco y yo observé su trayectoria. Me monté en la bicicleta. Me dejé caer. Adelanté al peñasco. Me asusté. Quise frenar. Recordé que no había arreglado los frenos. Ya no quise desaparecer, ni subir a la montaña, ni huir, ni estar enfadado ni triste. Quise volver atrás y hablar con mamá. Qué estúpido fui…

El cielo es blanco, color algodón y huele a detergente, así como a lejía. Todo está en silencio. Lo extraño es que voy vestido con un pijama azul. Hay una puerta y está abriéndose. Será Dios…

Parece que Dios mandó a Mamá para que me cuidara, y además me dio otra oportunidad…

domingo, marzo 04, 2007

EL CUBO DE RUBIK-EL JUEGO DE TU VIDA

Se trata de saber jugar, de dar tantas vueltas como sea necesario hasta alcanzar que coincidan todos los lados, conseguir el mismo color en cada uno de ellos… tener paciencia, estar atento y mover cada parte correctamente; aunque no siempre se consigue y hay mil y un caminos para hacerlo.

Puedes conseguir un libro de instrucciones y seguir sus pasos, pero aún así no tienes garantizado conseguir cumplir tu objetivo; además a medida que comienzas a dar vueltas y más vueltas, tu objetivo pasa por conseguir el lado verde, el rojo, el amarillo… Incluso puedes olvidar el objetivo final del juego.

De todas formas como decía existen mil y un caminos para conseguirlo o intentarlo, puedes monear tanto tiempo como quieras dando vueltas inútiles que te entretienen y para ti tienen su importancia; puedes en cambio seguir un proceso técnico exhaustivo que te permita conseguir tu objetivo en un plazo más o menos corto; o puedes como la mayoría de la humanidad intentarlo una y otra vez sin conseguirlo, consiguiendo pequeñas metas que por rachas te hacen feliz; o también como hacen los más inteligentes, puedes mandar el juego al demonio y dedicarte a vivir el día a día, porque nunca sabes si de verdad el objetivo final te hará feliz…

jueves, marzo 01, 2007

LA ELECCIÓN



Sonó el despertador a las 7:00am y dudé en atrasarlo 10 minutos más, pero cuando lo hice me di cuenta de que ya me había desvelado y era mejor llegar 10 minutos antes a la oficina.
Fui a la cocina y puse a hacer el café, enchufé la tostadora y coloqué dos rebanadas de pan.
Fui al baño me di una ducha rápida y volví a la cocina; abrí la nevera y dudé entre coger el zumo de naranja o hacerme uno natural. Me tomé el café, las tostadas se quemaron un poco y perdí el apetito por ellas, mejor zumo natural.
Falda o pantalón, mejor el traje de chaqueta negro, había reunión, aunque tendría que conducir hasta el estudio… mejor el pantalón beige y la camisa blanca; aunque dónde tenía los pantalones que me ponía el año pasado... Mi armario parece la casita del conejo de Alicia en el País de las Maravillas, era como el bolso de Mary Poppins y todas las mañanas igual, porqué no elegiría la ropa la noche anterior… Ya llego tarde.
Cojo el abrigo y el bolso que no combinan para nada, pero no hay tiempo, me dejo el cd especial que grabé la semana pasada y que aún no he conseguido recordar coger para dejarlo en el coche. Arranco y me doy cuenta de que estoy en reserva, siempre igual, este coche chupa más que un canario con malaria.
Llegó 20 minutos tarde, menos mal que no me dejé llevar por los 10 minutos más en la cama. Escaleras o ascensor, total es el segundo piso; pero justo llega el ascensor, aunque lo hubiera esperado igual.
Buenos días, buenos días, buenas, hola, qué tal, “esta hija de puta siempre llega antes que yo”… Encender el ordenador, ver el correo y comprobar que hay 30 spam, ningún correo personal y 15 forward que borro sin mirar.
Bajan a desayunar, mejor me quedo, aunque debería comentar lo de las vacaciones, pero da igual, al medio día mejor.
***

lunes, febrero 26, 2007


Hace tres o cuatro años el día de hoy parecía estar tan lejos… Tenía la sensación de que faltaban mil años para que llegara, pensaba que iban a pasar tantas cosas en todo este tiempo que lo que prometí tenía una importancia limitada, más soñada que real… pero ya ha llegado el día.

Una típica promesa, que conozco a más de uno que la hizo, pero ninguno que la cumpliera. La mía, la nuestra, fue en un momento desesperado, en un abrazo de amistad, en una salida cercana, en un sueño pactado que podría haberse hecho realidad.

Por aquel tiempo, en aquellos días en los que hicimos la promesa, yo estaba enamorada hasta la médula, más enferma que ciega, y más muerta que viva (aunque aún no lo sabía)… el caso es que un amigo, el mejor en todo este tiempo estaba a mi lado, para decirme todo lo que no quería escuchar, para hacerme ver aquello que me era imposible ver y para decirme que pasara lo que pasara siempre iba a estar a mi lado. Y fue así, en medio de una conversación de amigos cuando prometimos que si llegado este día ambos estábamos solos, intentaríamos estar juntos… una promesa pactada que en muchos momentos durante todo este tiempo fue deseada.

Y por fin llegó el día, y ahora es cuando recuerdo todas las veces que él intentó adelantar la promesa, ahora pienso qué hubiera pasado, y me pregunto si otra vez dejé pasar ese tren… esta vez el tren de una felicidad pactada, pero que quizá ya sea lo máximo que pueda conseguir… que no es ni mucho menos poco, y hubiera sido incluso demasiado para muchos.

Sólo espero que él sea feliz ahora, que consiga junto a ella lo que yo no le di… Ni pensar lo lejos que parecía estar este día… tantas veces que hablamos de la promesa… y ahora lo triste que resulta verla desaparecer.

Y no valen nuevas cláusulas, porque esta vez le saldrá bien.

viernes, febrero 23, 2007

COSAS DE NIÑOS


Salí de mi casa intentando creerme todo aquello que había dejado de sentir que era, (importante, inteligente, vistosa más que guapa y segura de mí misma); intenté andar con paso altivo y cimentado, quería comprobar que la sensación que ya llevaba tiempo persiguiéndome, no era más que eso, una sensación exclusivamente mía.
Cena de cinco, conversación general, primero sobre uno, luego sobre el otro y después sobre mí… ni un comentario acerca de las cosas que verdaderamente me importan (ni trabajo, ni estudios, ni premios), demasiado aburrido; mucho mejor gracietas (a las que estúpida de mí, yo doy pie). Mi silencio hace que tras darse cuenta, un poco, se corte el tema y sin más el comienzo de dos conversaciones cruzadas de las cuales no soy parte, pero ni siquiera importa cuando estoy en medio de cuatro personas que no se han dado cuenta. Un plato y varias cucharas encima de la mesa parecen escucharme, pero aunque les hablara, tampoco podrían contestarme… Es la misma situación de la de los sueños, gritando en medio de una plaza llena de gente, en la que nadie se da cuenta, ni siquiera aquellos que me rozan al pasar se inmutan ante mis gritos… el silencio en medio de la gente, pasar desapercibido en medio de desconocidos o simplemente ser invisible entre los que creen que más te conocen.

Después preguntas: “¿qué te pasa?”, “¿te has sentido mal entre nosotros cuatro?”… para mí sí, me he sentido mal entre vosotros cuatros, pero hay tantas cosas que explicar además de eso, y tan pocas ganas de hacerlo, que me parece absurdo… además el problema es mío, no suyo. Otra vez más juraré no volver a sentirme así, para volver a una situación similar… Aunque esta vez dudo mucho que vaya a volver a ocurrir…

lunes, febrero 19, 2007

UNA NOCHE MÁS


Creo que lo superé. El viernes por la noche tuve un nuevo encuentro con los prometidos. Fue en otro bar cualquiera y tuvo más tintes de “Diario de Patricia” que de “La boda de mi mejor amigo”… Comprobé que la prometida confiaba en nosotras, en mi amiga y su amiga, noté sin ni siquiera propiciarlo un ambiente relajado entre cuatro amigos (los prometidos, mi amiga y su amiga y yo), y resultó que me cae bien, que me importa un poquito su vida y que me alegro de que su vida- historia diario de Patricia tenga un final feliz.
Intento recordar la noche y no tengo la sensación de haber buscado su mirada, ni de que él retara la mía… simplemente estábamos allí, la prometida (ya como de costumbre) hablaba mucho, y él, que estaba entre ella y yo, estaba contento, creo que tenía la misma sensación que yo.
Sólo hubo un momento, un gran instante… y no fue ningún tipo de comentario sobre la boda (que haberlos los hubo, y muy mucho), el comentario hablaba de sus futuros hijos, sus nombres… y ella dijo segura y sonriente: “si es niña se llamará Sandra”. Tres pares de miradas confusas que no sabíamos muy bien qué decir, y una aclaración:”mi hermana también se llama Sandra”. Él no dijo nada y yo sonreí, está claro que cada cosa pasa por algo y que me alegro un montón de que todo esto haya pasado. Me siento libre, me siento bien, me siento contenta y el día de su boda allí estaré.

miércoles, febrero 14, 2007

FELIZ DÍA DE SAN PUTAMIERDA

Creo que con el dibujo made by Pachi es suficiente y ya es muy tarde... otro día.

sábado, febrero 10, 2007

TÚ Y YO


Ya debería saber cómo funcionan las cosas, después de veintidós añitos, que no son muchos pero tampoco pocos, ha habido ratos para todo… y sí, y los que vendrán; pero de momento llevo en la mochila los que llevo.

Ya debería saber que cuando yo quiero, tú no quieres. Que cuando te ignoro, me buscas. Y cuando te necesito, ya no estás. Cuando llego pronto, tú llegas tarde. Y cuando yo llego tarde, tú estás puntual.

Ya debería tener asumido, que cuando necesito verte, no puedes venir; igual que cuando tú quieres verme, yo no puedo estar. Siempre me dices que no te entiendo, y nunca te preguntas si tú me entiendes a mí.

Así transcurre el tiempo, unas veces ese tú fue alguien y otras otro, a veces ella y otras otros tú. Supongo que para ti, también fui yo ese tú… para ti o para otros, para ellas y para otros tú.

jueves, febrero 08, 2007

LA SUERTE DEL CAGAFLORES


Aunque lo que vaya a escribir resulte escatológico, es totalmente cierto: “unos cagan flores y otros comen mierda”. Así es la vida, tan cruda como real, puedes levantarte un día creyéndote la reina del mundo y al día siguiente puedes sentirte el último mojón del planeta.

Y sí, ni la suerte ni la congratulación de todos los planetas, ni la fuerza, ni la positividad, ni el optimismo me acompañan… será como dice Pachi culpa del “7”, será que tras año bueno-año regular, o seré yo que no levanto cabeza ni doy pie con bola, pero desde luego podéis comprobar que la frase que abre el post, es ciertamente comprobable.
- Comamos flores -

domingo, febrero 04, 2007

LA NOCHE DE “NO” SE QUEDÓ EN NUNCA

Por errores, fallos y “lerdeces” varias del ordenador y de mí misma, perdí la suculenta reflexión hecha en caliente que escribí hace unas cuentas noches… Pero debía terminar con la noche del “no”, antes de que ella decidiera acabar conmigo.

En aquella reflexión incidía en lo mucho que me joden varias cosas:

Me jode que me regalen flores y que al final sean de plástico; me jode que me inviten a jugar y me dejen ganar; me jode arriesgarme para al final tener que recular; me jode quien parece arriesgar y al final anda como los cangrejos; y sobre todo me jode jugar y que me expulsen por no conocer las reglas…

Ésas, entre otras muchas cosas, me joden bastante. Pero todo esto venía a cuento de que la noche del “no” se quedó a la espera de la del “sí”… había intención compartida, ganas impresas y pasión extrovertida; que al final desembocaron en: conversación absurda y vespertina, intuición negativa, pregunta inoportuna y contestación viperina.

“Se llama María”

Después de tal respuesta, a una pregunta que no la deseaba, llegó el silencio… porque el problema es LA ACTITUD; y a nombre de mujer, entre hombre y yo, huída digna y fría. Pero esta vez no estaba sola, y una buena amiga me instruyó en la actitud digna y agresiva.

Así que siguiendo casi pusilánimemente su guión, me dispuse a invitar de forma ligera y casi de paso al susodicho a un fin de semana de libertad. Evidentemente el impacto en él fue, dejémoslo en sorpresivo, por lo que además de tardar en reaccionar, tartamudear virtualmente y preguntarse qué pasada y quién me había poseído no fue capaz de sobreseer una propuesta de tal calibre; y sin deletrear un no, ni buscar una excusa creíble, dejó la propuesta en el aire.

Sin saber que el viento se deshace de las propuestas que simplemente buscan un poco de dignidad agresiva, y que las noches que quedaron en “no”, ahora sí se transformaron en nunca.

jueves, enero 25, 2007

EN BLANCO Y NEGRO


Durante todo el viaje estuve entretenida, visualizando en mi cabeza los videoclips que grabaría con cada una de aquellas canciones, y observando por la ventana el paisaje que atravesábamos. No tenía ninguna ilusión especial en llegar, simplemente se trataba de trabajo; aunque no nos engañemos, el fax que mandé por error a Joan no fue tan fortuito.

Hacía años que no veía a Joan, creo que desde el verano de 1999, demasiado tiempo para mandar un fax por error y anunciarle que llegaba a su ciudad en el tren de las 17:00 horas. Ni siquiera estaba segura de que siguiera trabajando en la oficina, podría haber cambiado de trabajo, incluso la oficina podría haber cambiado de teléfono, pero en mi carpeta tenía guardado el resguardo del fax entregado.

El tren entró en la estación aminorando su marcha, pensé que pararía incluso antes de los andenes más cercanos a la estación, pero siguió despacio, como a cámara lenta, tuve la sensación de que se trataba de una película muda en blanco y negro.

Tomé mi maletín y bajé del tren con un remolino en el estómago, pero un segundo después mi estupidez me abrumó y estoy casi segura de que sonreí ante el abismo. Caminé con paso firme hacia la estación, había poca gente y enseguida lo vi.

Creí que eran imaginaciones mías, pero me miró y la expresión de su cara fue tal mezcla de sorpresa y alegría que un halo de emoción se instaló en mi cuerpo, pero a cuatro o cinco pasos quizá de Joan, alguien se cruzó en nuestro camino y se colgó de su cuello como si de eucalipto para koala se tratase.

El ramo de flores era para ella, y ella como me enteré quince minutos más tarde en la cafetería de la estación, ella era su novia y había venido a recibirla a ella, había dejado de trabajar tres años atrás en la oficina y estaban a punto de ir a recoger las llaves del hogar que compartirían. Yo mientras apuraba la última copa de mi martín, intentaba mantener el tipo y aguantar la situación, pero justo entonces apareció un hombre que debía haber perdido cualquier reflejo de belleza por las Maldivas y que vocalizaba realmente mal.

Joan se levantó inmediatamente para saludarlo, se trataba de su antiguo jefe, había venido a buscar a una amiga que llegaba en el tren de las 17:00horas. Él también se llamaba Joan.

sábado, enero 20, 2007

SÓLO ESTA NOCHE


Esta noche quiero que me des la mano, pero no necesito tocarte. Quiero que me acaricies el pelo, aunque puede que ni siquiera vaya a sentirte. Abrázame para dormir tranquila, pero no pienses que necesito sentirme protegida. Esta noche voy a soñar contigo, aunque ya no significas nada en mi día a día. Y recuerda que no te echo de menos, sólo hoy me he acordado de ti.

martes, enero 16, 2007

CUATRO PAREDES



Trece días entre cuatro paredes dan para mucho, aunque sin lugar a dudas podrían haber dado para mucho más, pero no había ni ánimo, ni ganas, ni salud.

En trece días me he pasado la mayor parte del tiempo soñando despierta o medio despierta, en un sueño más cerca de un trance, o algo similar.

Pensamientos locos, ideas azoradas, agobios importunos, sueños taciturnos, recuerdos imprevistos y visiones futuras… de eso más que de nada se han cargado mis días.

Quizá era el momento de echar el freno, de tirar el ancla… de darme tiempo, silencio y alivio, y para conseguirlo me han parado sin esperarlo, en el momento menos adecuado, (aunque cuál lo hubiera sido…). Me he tenido que comer mi rabia, no había lucha posible, sólo paciencia y tiempo.

Ahora aún me queda tiempo de espera, pero me encuentro mejor, hacía tiempo que no me sentía tan aliviada… y no hablo de salud, que aún está ausente, hablo de otra cosa… Siento que me he quitado la mochila, que quizá la fiebre se ha llevado mis pesadillas, los malos recuerdos, y me ha dejado bajo la almohada una carta escrita de su puño y letra.

“Disfruta de cada instante, saboréalo como si fuera el último, no vueles si no tienes alas, camina si tienes pies, haz tus sueños realidad pero no te conviertas en un sueño, no te arrepientas de aquello que hiciste, aprende de ello si lo consideraste un error, no es más egoísta quien primero piensa en él que aquel que pasa su tiempo esperando que los demás piensen en él, valora a los que realmente valen la pena, y sobre todo se feliz.”