martes, julio 31, 2007

NUEVO ENCUENTRO: EL BESO


Siempre me han gustado los caballos, siempre me ha llamado la atención su porte y altanería… de pequeña me gustaban los caballos blancos, como los de los príncipes de los cuentos de hadas… después me fijé en los negros, los de pura sangre… y hace varios años me fijé en uno en concreto que corría en las fiestas del pueblo de él.

Fue el día que lo conocí y desde aquel año no había vuelto a ver aquellas carreras… hasta este año.

Mi amiga y su amiga venía conmigo aún sin demasiado interés. Llegamos a la 13:00horas con la información en un sms de la prometida, de que a esa hora eran las primeras carreras.

Aparcamos tan lejos que pensamos que se había confundido, porque el pueblo parecía vacío, pero cuando por fin llegamos a la plaza del pueblo entendimos que era allí donde estaba todo el mundo.

Las vimos solas, porque los prometidos (cada uno en su casa) dormían. Pero sentí lo mismo que sentí aquella vez y pude ver al mismo caballo… y noté cómo se erizaba en vello de mis brazos con cada carrera y recordé cada segundo de aquel día que creí tan olvidado.

Nos fuimos sin saber si volveríamos por la tarde para ver las segundas carreras. Pero de hecho lo hicimos, esa misma tarde antes de las 19:00horas estábamos en camino,

Aparcamos igual de lejos y subimos hasta la plaza, allí estaban esperándonos, él salió enseguida a recibirnos, parecía contento al vernos. Enseguida apareció ella, más contenta aún. Estuvimos tomando algo y hablando de nada en particular. Él tan guapo como últimamente le percibo.

Salimos para ver las carreras, y lo miré tanto como quise y él se acercó a mí más que nunca. Llegaron sus amigos y me miraron y “fliparon”, pero a pesar de la tensión que se respiraba en el ambiente, yo estaba feliz, me sentía bien, con la prometida a un lado y él al otro, con mi amiga y su amiga, vimos las carreras y todo era como tenía que ser, cada uno tenía su puesto y todo parecía encajar.

Terminaron las carreras y nos invitaron a quedarnos, pero yo tenía que irme, nos acompañaron hasta el coche, nos despedimos y nos fuimos satisfechas.

Tres horas más tarde y por las pequeñas cosas que tiene la vida estábamos de nuevo camino de su pueblo. Más animadas que otras veces y con la sospecha de que podía pasar cualquier cosa.

Llegamos, dimos una vuelta, vimos el ambiente y finalmente les llamamos. Nos recibieron como si nos esperaran, estuvimos con sus amigos y bailamos en medio de la plaza. Al principio sólo la prometida y yo, después mi amiga y su amiga y hasta él.

La prometida por alguna razón sigue teniendo más afinidad con su amiga y su amiga, así que fueron varias las veces en las que me quedé a solas con él, pero casi no hablamos.

De la pregunta jamás se supo y mucho menos aún de la respuesta, pero creo que poco importa.

La prometida es buena, más inocente de lo que debería, pero tiene buen corazón… a veces me recuerda a mí, pero a mí hace años… me cae bien y la he cogido mucho más cariño del que tenía intención, si es que la tenía.

Él es él, yo me entiendo, cuando estamos a solas se comporta diferente, hablamos del pasado y le brillan los ojos y tengo la sensación de que ambos recordamos las mismas cosas… me gustaría poder hablarlo con él, pero sin intención de nada, como dos buenos amigos, reírnos del pasado, de los detalles, de los recuerdos que por ser tan silenciosos adquieren más importancia de la que en realidad podrían tener, pero no me atrevo, no quiero estropearlo todo.

Hay segundos en los que estoy a su lado y siento que no ha pasado el tiempo, pero enseguida caigo en la cuenta y lo bueno es que ya no siento nostalgia, siento un cosquilleo de felicidad que me recorre el cuerpo.

Y entre pensamientos, recuerdos, bailes, risas y conversaciones de todo un poco son las 4:00h y es hora de irse.

Los prometidos nos acompañan al coche, que parece que ya no está tan lejos, les digo que les dejo un poco más cerca para que no tengan que volver andando y desde el asiento del conductor me despido de ellos. Primero de ella y después mientras mi amiga y su amiga habla con ella, de él… y por aquello de lo estrecho que es el hueco, por la oscuridad, lo patosa que soy o que somos, pues sin querer o al menos sin pretenderlo… nos besamos.

Nadie ve nada, él baja del coche aturullado, ella sigue dentro hablando y yo quiero acelerar y salir de allí cuanto antes. Me pican los labios, por su barba creciente, siento su olor más cerca que nunca y estoy temblando… Aún tengo que mantener el tipo, por fin la prometida baja, nos despedimos y acelero… se lo cuento a mi amiga y su amiga y aunque sé que ha sido sólo un accidente, estoy nerviosa y me pregunto si él también lo ha sentido, me refiero a cómo yo lo he sentido… sólo un beso traicionero, de esos que nos hemos dado todos alguna vez, un beso por casualidad, de los inocentes, de los que se olvidan, de esos que ni siquiera se cuentan, de esos que desaparecen nada más darlos… de esos, aunque yo me halla pasado la noche recordándolo.

miércoles, julio 11, 2007

LA CITA


Esta vez no me lo esperaba, fue él quien me dijo que quería verme. Hacía ya 9 meses que no nos veíamos, es decir un embarazo o en su defecto su noviazgo con la argentina.


Quedamos para ir al cine, llegué 15 minutos tarde y lo esperé en las taquillas, me sorprendió por detrás y no le vi ni guapo ni feo, y no sentí ni frío ni calor.


En la taquilla no estaba la película que queríamos ver, asique nos vamos a otro sitio, tentando nuestra suerte sin saber si allí estará en cartel.


Llegamos después de perdernos, hablamos, ya no estoy nerviosa... me fijo en sus labios, en sus manos y recuerdo lo mucho que me gustaban sus besos y sus caricias, y vuelvo a la conversación.


La película que queremos ver ya ha empezado, decidimos entrar a ver otra.


Dentro de la sala de confirma la que para otros sería "la ley de murphy", pero para mí es "la ley de mi misma"... Alguien le llama por su nombre, una voz de mujer, yo miro sorprendida y veo a una chica... es su ex.


Genial, gran cine, estamos dos filas detrás de ella y de su acompañante, que resulta ser un chico bastante guapo, pero que no tiene ni sus labios ni sus manos, pienso en decírselo, pero después me arrepiento.


Durante la película ambos buscamos el roce de nuestras manos, pero sin que parezca evidente... a mí me apetece besarle, pero entiendo que no es el momento, que él me hubiera besado pero no es el mejor momento.


Salimos del cine, es imposible evitar de nuevo el encuentro, noto como ella me mira escrupulosamente, yo evito mirar más de la cuenta.


Cenamos y hablamos de cosas más y menos serias... hay momentos sensiblones, pero yo estoy fría.


Me lleva a casa después de perdernos, baja del coche para ver cómo ha cambiado mi barrio y nos despedimos con dos besos.


No le digo que suba porque no sé muy bien si es buen momento y entiendo que es tarde y tiene que madrugar.


Ahora, una vez en casa, tengo cierto vacío en el estómago... hubiera querido besarle, acariciar sus manos... pero no... hoy no.


Quizás dentro de nueve meses.

lunes, julio 09, 2007

LA PREGUNTA


Nuevo encuentro y esta vez porque me apetecía… porque hacía mucho tiempo que no sabía de ellos, de los prometidos, y ya tocaba dar vida a este blog.

Hablé con ella hace un par de fines de semanas pero finalmente no pudimos vernos; sabía que estaba sola hasta las 20:00h, pero casi mejor quedar solo con ella.

A las 17:00h le mandé un mensaje y a las 18:30 estaba con su amiga y amiga esperándola en otro bar cualquiera. Llegó sonriente, aunque se la notaba cansada, con una bolsa en la mano y dos sobres que asomaban en su bolso. Dos besos, sonrisas sinceras y esos sobres sobre la mesa… para mí, algo que sé pero que no debo haber entendido tan bien como pensaba… Las invitaciones de su boda…

Un par de consumiciones después y medio paquete de tabaco suyo y mío tras una conversación de todos y cada uno de los problemas que deriva una boda, llamó el prometido, nos esperaba en ese otro bar cualquiera, que ya es de siempre.

Llegamos antes que él, y nos sorprendió hablando de cómo iba a proponerle la separación de bienes… “por si acaso, ya se sabe”, estaba diciendo ella. Creo que él no se enteró.

Hacía calor y él siempre estaba blanquito por eso siempre me llamaba la atención su color de pelo, medio rojizo- medio rubio, y sus ojos, tan azules y él tan blanco…Pero esta vez estaba moreno, sólo un poco, pero lo justo para que a pesar de no estar tan guapo como antes, estuviera más interesante que nunca.

Le saludé con la invitación de su boda en las manos y él esquivo mi mirada, le hablé y me contestó sin mirarme… dijo que tenía que hacer algo y volvió a dejarnos solas.

Mi amiga y su amiga también tenía que hacer algo, así que por primera vez desde hace ya nueve meses, la prometida y yo nos quedamos solas y después de más de dos y de tres consumiciones y no precisamente sin alcohol, llegó la pregunta para la que yo justo ese día no tenía nada preparado, la pregunta que tanto llevaba esperando y que ya casi había olvidado.

¿tuviste algo con xxxxxx?

Me lo preguntó justo cuando estaba bebiendo, y yo seguí bebiendo… hubiera querido ahogarme en ese tubo de vaso como un mosquito enano…

Y no hubo respuesta, llegó él y la conversación siguió por otro lado… ya no me preguntaron si iría a la boda o no acompañada, en el sobre de la invitación sólo pone mi nombre, ya no hubo más juegos de miradas… sólo una tensión que cortaba el aire, pero la prometida me sonreía y no parecía guardarme rencor, en cambio él estaba raro…

Ella le pidió un beso y él se lo dio en la mejilla, ella se quejó porque lo quería en la boca y él la apartó con cuidado.

Poco después nos fuimos, me llevaron donde estaba mi amiga, hablamos pero de nada interesante, aproveché un semáforo para bajar del coche, no quería despedirme, un adiós un tanto repentino y un nos vemos pronto fue lo único que dije antes de cerrar la puerta de su coche y de empezar a caminar pensando que quizá el beso que él no quiso darle a ella en la boca, se lo negué yo a él muchas veces hace ya mucho tiempo…

Esta vez el encuentro me deja un tanto tocada… y sin saber muy bien qué es lo que debo hacer ahora, y no dejo de pensarlo mientras miro la invitación que ellos mismo han doblado…