domingo, mayo 27, 2007


Te espero y te vas. Te busco y no te encuentro. Me huyes y yo desaparezco.
Abres la ventana y el viento. La cierras y el silencio. Sólo dame tiempo soledad.

sábado, mayo 26, 2007

CRITICA SOCIAL




Sabéis que normalmente mis post se basan en cosas superfluas y sin demasiada importancia, pues bien, vamos a cambiar de palo. Hoy por ser hoy.

Después de haber decidido dedicar el día al estudio… y haberlo conseguido a ratos, tengo que echar la culpa a los señores agentes de la policía municipal por haber hecho que lleve 3 horas más pendiente de ellos que de Diseño periodístico. Y os preguntaréis porqué, pues porque uno de los pasos subterráneos de Castellana se ve perfectamente desde mi ventana, la que está justo encima de mi escritorio (de ahí que no pueda apartar la vista).

El caso es que tras las maravillosas tormentas que han cubierto Madrid en estos días, el paso subterráneo se ha inundado y nadie ha hecho nada para evitarlo. Durante la semana yo misma he sufrido los efectos de la lluvia, calándome hasta un poco menos de la rodilla y pasando por una serie de tablas con menos estabilidad que yo en una bicicleta… Pero parece ser que la tormenta de hoy al medio día ha colmado de agua al paso subterráneo y era bastante difícil por no decir imposible cruzarlo. Así que “supongo” tras varias llamadas de vecinos y transeúntes, un maravilloso coche de la policía municipal ha aparcado en la entrada de uno de las entradas-salidas del túnel y en la otra ha puesto dos vallas amarillas.

Hasta ahí, no veréis el problema… pues lo había. Los señores policías se han metido en su coche de policía (porque chispeaba) y desde ahí con un altavoz infernal informaban a los peatones que pretendían pasar por el otro lado, (porque aquí en Madrid lo de las vallas amarillas no supone ningún obstáculo), que no podían cruzar el túnel, que lo hicieran por “otro lado”.

“El otro lado” es la carretera, en sentido norte la que va para Burgos y en sentido contrario la que va a Castellana – Plaza Castilla… Ninguna locura cruzarla, un paseo por las nubes…

Pues bien, ahí han estado los señores policías, metidos en su coche durante 3 horas en las que mujeres, hombres, niños y ancianos se han jugado la vida cruzando por “el otro lado”.

Ya han llegado los bomberos y parece que la gente empieza a pasar a través del paso subterráneo, y ahora los señores policías están fuera de su coche, mirando la actuación de los bomberos, con una pose de autoridad respetable por haber estado durante 3 horas velando por la seguridad de los peatones, eso sí, DESDE SU COCHE.

Quizá estaban allí para ser los primeros en llamar a la ambulancia si alguno de ellos resultaba atropellado.

martes, mayo 22, 2007

UN DIA EN LA OFICINA

A veces es curioso ver como la vida corre a tu alrededor sin que tú tengas la obligación de participar en la carrera de obstáculos que otros muchos intentan ganar.

Son las 11:53, estoy en la oficina y puedo decir que el silencio casi total existe, tan sólo se escucha el hilo musical de la recepción por el que suena el último disco de Maná... esto que podría ser en otros muchos lugares algo normal, se percibe aquí como algo realmente extraño.

Aún sabiendo que esta tranquilidad no durará mucho, me sirve de respiro para ver como todos los demás siguen una carrera frenética, que yo una vez corrí e incluso fui capaz de otear la meta... pero que ahora percibo como absurda y lejos de ninguno de mis propósitos.

Una amiga me dijo, esto es lo que hay, no esperes a nada, es sólo esto y no es poco. Y tenía razón, a veces ser excesivamente ambiciosa hace que el vaso rebose y termine vaciándose y otras el excesivo pasotismo hace que pierdas las oportunidades que quizá jamás vuelvas a tener. De una manera o de otra, creo que en el punto medio está el equilibrio, en sentirse bien haciendo lo que haces, en disfrutar con cada momento y en saber que si pierdes el miedo a equivocarte tendrás resueltos gran parte de tus comecocos...

Y es que si algo te quita el sueño, lo mejor es que te levantes e intentes solucionarlo, y si no tienes la manera de hacerlo, elige tu canción favorita y date cuenta de que el miedo a equivocarte sólo está en tu cabeza, no?

jueves, mayo 03, 2007

EL DESPUES

También llamado tonteo, ligoteo, tanteo o simplemente tiempo pos-coito… Son unos días en los que de no ser que tengas muy claro que el sujeto en cuestión está a tus pies, tus tiempos ociosos se vuelven eternos. Tu móvil o teléfono se convierte en tu mejor adversario y no dejas de mirarlo compulsivamente, eso si es que no le has dado tu e-mail, en cuyo caso también debes añadir el ordenador…

El tema está en no saber lo que pasa por su cabeza y el hecho de que no quieres convertirte en una obsesa compulsiva que le escribe, le llama y le agobia… Simplemente quieres saber qué es lo que va a pasar, si debes esperar algo o no… Eso si no es el típico pesado que te lo pone a huevo, que entonces hace que pierdas el interés, de no ser que te guste de verdad. (Joder que malas somos, si es que tomamos de nuestra propia medicina).

El caso es que es estos días “pos” analizas cada uno de los posibles mensajes que podrías mandarle, incluso si se produce un intercambio de mensajes, llamadas o e-mails te encargas de estudiar minuciosamente sus palabras intentando averiguar que quería decir exactamente con ese: “nos vemos con calma otro día” o “bsts”, porque sus palabras pierden la presunción de inocencia en el momento que aterrizan en cualquiera de tus sentidos. ¿Por qué?, porque tú sí has analizado cada una de las comas o silencios que han incluido en vuestra comunicación.

Puede que parezca que esto es un síntoma femenino de inseguridad e histerismo, pero no, porque en el caso contrario se produce de manera similar cuando al tío de verdad le mola la tía, y está después de haber pasado varias veces por estos días “pos” vacila en mostrarse tal cual es.

Conclusiones: la mayoría de las veces y siempre que no haya condiciones especiales, si los días “pos” se alargan, él o ella pasa de ti así que no hagas el canelo…Además si no haces el canelo, hay más posibilidades de que la situación se de la vuelta. Eso de que si deseas algo con mucha fuerza a veces ocurre, quizá sea cierto, pero también lo es eso de que si no esperas algo, seguro que te sorprendes.

Por cierto, ni penséis que estoy en esos días “pos”, ya soy mayor para estas gilipolleces.