miércoles, noviembre 29, 2006

Hablábamos de payasos...

LA VERGÜENZA


Dice el diccionario de la Real Academia Española que la vergüenza se define como la turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena.

Dice el día a día y algunos años de experiencia, (que no muchos todo hay que decirlo), que la vergüenza no es sino una sensación que te evita hacer en la mayoría de las ocasiones aquello que quieres pero que por mil y un prejuicios no eres capaz de hacer. Ya sabéis aquello de “arrepentirse de algo que has hecho es mucho mejor que hacerlo de algo que nunca hiciste”, y en la mayoría de las ocasiones es la vergüenza gran culpable de quedarnos arrepintiéndonos de lo no hecho.

El caso es que cada persona nace o se hace, (ni idea), con mayor o menor grado de vergüenza, véase el caso de un Erasmus, (de muy buen ver pero ya pillado), que después de escuchar durante un buen rato desde la mesa de a lado, la conversación de tres “mozalbetas” sobre sexo, soplar flotadores pero no la barca entera, que también soplen ellos (By Ana) y otros temas de gran interés mundial, se marcha despidiéndose con un afable movimiento de mano (tipo princesa), y vuelve a la velocidad del rayo mientras aún se comenta su peculiar despedida, por la espalda y con alevosía, se presenta de buen rollo a las tres flipadas “mozalbetas” y acto seguido comienza una conversación que le termina llevando a dos manzanas de su casa en coche… eso entre otras cosas es no tener vergüenza (sana, eso sí), pero igualmente no tenerla.

De igual modo, la vergüenza sirve cuando sí se tiene, incluso en grado máximo… para perder al hombre de tu vida cuando coincides con él en el metro, en el autobús, en la clase de tantra o en la puerta de la cafetería (porque hombres de tu vida hay muchos). Él te mira, tú le miras, te sigue mirando y sonríe, y tú… tú sonríes con cara de lela y por no saber qué hacer, por ese calor que te sube por la cara y te pone del color de la granadina, terminas bajándote en la parada del metro o autobús que no es la tuya, haciendo el pino y terminando de morros (causa de vergüenza y de que salgas despavorida de la clase de tantra), o que termines abriendo la puerta de la cafetería para huir y encima tengas la mala suerte de que la abran desde dentro y encima consigas una nariz como una pelota de pim pom o en su defecto el careto de miliquito (de los payasos de la tele)… así que visto lo visto tener vergüenza nunca es bueno, y termina siendo un bullir de contratiempos que no sirven para nada.

viernes, noviembre 24, 2006

TEORÍAS



Supongo que igual que yo todo el mundo tiene sus propias teorías sobre la vida, sobre pequeños o grandes detalles, sobre situaciones que se repiten una y otra vez, coincidencia o causalidad… y de todo eso se sacan diferentes teorías, diferentes conclusiones de la observación de la vida diaria que me llevan a plasmar hoy aquí unas cuantas, que por supuesto no serán originales sino compartidas por muchos otros y controvertidas por otros tantos.

- Por ejemplo, el hecho de que llegado un momento de la vida todos y cada uno de nosotros nos movemos por intereses, es decir por y para nosotros. Con esto no juzgo el hecho de que sea bueno o malo, pero todos lo hacemos, y además yo creo que tiene su ventaja si todos lo tuviéramos claro.

Y es que si a las 3 de la mañana te llama una amiga desesperada y tú estás en el quinto sueño, puede que cojas su llamada a pesar de que te esté partiendo la noche o puede que cuelgues el teléfono a modo de parada del despertador o simplemente lo silencies. En ambas posibilidades, desde mi punto de vista, se actúa bajo los intereses de uno mismo. Podéis decirme que en el primer caso, respondes porque es tu amiga y lo haces por ella y no por ti… ¿en serio?, yo creo que si lo haces es porque te interesa, porque tú amiga te interesa, porque te interesa saber qué ocurre o por cualquier otro interés, pero lo haces por ti mismo; al igual que si no lo coges lo haces porque no te interesa.

Y es que los intereses mueven el mundo, pero el hecho de moverse por tus propios intereses es una manera de tener claro que no hay que esperar nada de nadie, y con esto me refiero, a que si cada uno hace las cosas por su propio beneficio nunca se sentirá defraudado por nadie que en un momento dado le deje tirado, no le haga un favor o simplemente pase de él, porque sabrá que cada uno actúa por su propio interés.

- Otra de mis teorías es la del primer amor, ya sé que está muy trillada y que esta puede que sea la menos original, pero es otra de las teorías en las que creo plenamente.
Y es que soy de la opinión de que en la vida hay un amor que nos marca para siempre, lo llamo el primer amor pero no tiene porque ser el primer chic@ con el que se tiene una relación, es más a veces ni siquiera se tiene una relación.

Se trata de la persona que te llega, que a veces no te das cuenta en el momento, pero pasado el tiempo sigue ahí, puede que ni le veas ni sepas nada en años, pero está ahí; no sabes porqué, pero recuerdas detalles a los que ni siquiera diste importancia en su momento y cada vez que te sientes mal, cada vez que sientes que el mundo está en tu contra pasa por tu mente como un aliento de aire renovado, un poco nostálgico, pero positivo, siempre positivo.

A veces el primer amor del que hablo, es un amigo o más bien era un amigo, porque según mi teoría rara vez se acaba con el primer amor; supongo que precisamente por todos los detalles que he dado, ese primer amor se idealiza, es como si lo encerráramos en una urna de cristal y lo idealizáramos hasta el punto de creerlo perfecto, quizá porque siempre queda en el pasado.

Tener un primer amor no significa no volver a amar a alguien, ni mucho menos, creo que siempre se puede volver a amar, no de la misma manera pero sí con más intensidad, incluso el paso del tiempo hace que el amor madure y la manera de amar se haga quizá más profunda, al fin y al cabo diferente.

- Y ahora otra teoría de la que ya he hablado en el post anterior… Se trata de la manera de ser de algunas personas y tiene que ver con el refrán de: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. Aunque algo distorsionado, me refiero a las personas que publican infatigablemente a diario lo buenas que son, lo bien que comportan y todas las cosas malas que les pasan por ser tan buenas, que de tan buenas son tontas… y es que cada vez que he escuchado esa frase de alguien, he podido comprobar la maldad de la misma, de ahí que quizá mal definido diga que “A más buena, más hija de puta”.

- Hay múltiples teorías más que me rondan por la cabeza, pero creo que hoy con tres es suficiente… mejor otro día os las cuento.

martes, noviembre 21, 2006

SER HIJA DE PUTA


¿A quién llamas tú hija de puta?, cuando yo llamo a alguien hija de puta, como que se me llena la boca: “Hija de puta”, es como decir “Hostias”, que no me gusta, y me suena mal en otras personas, pero hay veces que un “hostias” como que te relaja.

Bueno volvamos a “hija de puta”, en mi vida me he encontrado con muchas hijas de puta, grandísimas hijas de puta e hijas de la gran puta. Es verdad que no me paro a pensar en el significado exacto de la palabra, puesto que la mayoría de sus madres serán unas santas, aunque seguro que alguna puta (que no trabajadora placentera) había; el caso si me pongo a mirar atrás se me pasarán un montón de hijas de puta, pero se me ocurren unas cuantas y cada una de ellas hizo prácticamente las mismas cosas para ganarse tan honorífico título, y es curioso porque todas ellas juraban y perjuraban ser buenas personas: “yo soy buena, de buena soy tonta… véase me pasan las cosas por buena o por tonta…”. Todas unas hijas de puta, y es que no se libra ni una de verdad, tía (porque hablo de tías, para hablar de tíos hijos de puta otro día…), tía que alardea de ser buena es mala y cuando más buena más hija de puta.

Recuerdo el caso de una gran hija de puta y además golfa. Se llamaba Cristina, o llama porque a éstas alturas a saber. El caso es que la susodicha fue pillada in fraganti con el novio de mi mejor amiga, y en medio de la gran pillada, (de la cual el infiel hijo de puta salió no muy bien parado pero a la velocidad del rayo), la gran hija de puta tuvo la geta de acercarse a mi amiga y al séquito que la acompañábamos en tan jodida aventura y excusarse diciendo que ella no sabía que él tenía novia, que llevaba con ella tres meses y dar todo tipo de detalles de lo que hacía con él… me refiero a días descritos como día mamada, día follada, día mamada y follada y gran día follada, mamada y varios, frente a la foto de mi amiga… vamos la legítima, la novia oficial, la cornuda sí. Con lo que se sacó en conclusión que no sólo sabía que el gran hijo de puta tenía novia, cosa que la convierte ya en gran hija de puta, sino que la importaba tres narices y le echó el morro que la sobraba para contarle en su cara lo que hacía con él, (siempre para parecer la pobre víctima que dice no saber y sabe más de lo que dice, vamos para parecer la buena),hecho que la convierte en una grandísima hija de puta además de golfa y mentirosa, pero sobre todo gran hija de puta.

Está también el caso de otra grandísima hija de puta, la compañera de trabajo hija de puta, que siempre parece estar pendiente de ti: te traigo el café, te hago las fotocopias que me pillan de paso, te invito a la fiesta de mis super amigos… Vamos la compañera ésta que empiezas a sospechar que es una lame-culos, pero que pasado un tiempo cuando hay cosas que te empiezan a descuadrar, como comentarios, pérdidas de comisiones, papeles revueltos en tu mesa… empiezas a pensar que es una cabrona, y que más tarde como buena compañera y fiel amiga te llama preocupada porque cree que has cometido el gran error de tu vida en el trabajo y antes de que te echen te lo comenta... que hasta ahí perfecto, pero cuando te das cuenta de lo que te habla, ves que todo estaba bien, y que para darse cuenta del posible error ha tenido que meter las narices donde no la llamaban y que para colmo por su buen acto de compañerismo te has ganado la visita al despacho de tu superior por demora en la presentación del proyecto, entonces pasa directamente y con toda la entonación a ser una hija de la gran puta.

Y es que hijas de puta las hay a montones, y también es cierto que quien no haya sido hija de puta alguna vez, puede empezar a tirar la primera piedra, aunque desde luego no seré yo.

lunes, noviembre 20, 2006

EL FINIQUITO

El famoso y ansiado finiquito, que en realidad es una compensación económica por las obligaciones que la empresa contrajo contigo al firmar el contrato laboral, y que el trabajador obtiene cuando se va de la empresa por voluntad propia. Es decir que cuando dejas un trabajo, bien sea porque estás hasta el moño, porque has encontrado otra cosa mejor, porque te has visto obligado a ello por los motivos que fueran o fuesen… pasan varios días desde que dejas tu trabajo y vuelves a él para recibir este pago tan esperado, que tú previamente ya has medio calculado y que sueles esperar como agua de mayo.

Vamos así más o menos esperaba yo esta mañana mi finiquito, pero cual ha sido mi sorpresa cuando mi finiquito ha sido mi última nómina, y para ser mas exactos los dos únicos días que trabajé el último mes antes de dejar mi trabajo, (con causa justificada con nombre de compañeras hijas de puta y posterior disculpa del jefe de personal), es decir que de finiquito nada porque mi gran contrato, el cual ya había firmado como indefinida, (gran logro pensaba yo), tiene incluidas partes proporcionales de pagas extras, descansos establecidos y vacaciones, por lo que mi finiquito se llama “patada en el culo y si te he visto no me acuerdo, pero gracias por tus servicios prestados a esta nuestra empresa”.

Y sí, ya debería haberlo sabido porque cuando firmé el contrato leerlo lo leí, pero es esto de no querer ir al sindicato y de tener una estúpida esperanza, (también por ser el primer contrato más serio), pues ilusa de mí me permitió creer que el finiquito me iba a salvar un par de cumpleaños este mes e incluso parte de los regalos de reyes.

CONCLUSIÓN: “Todo mi gozo en un pozo” o como dicen mis compañeras, en su gran teoría sobre que todos los refranes pueden acabarse con la siguiente frase sin variar su significado: “Todo mi gozo… y patada en los cojones”.

viernes, noviembre 17, 2006

VEINTE MARIPOSAS



Que cierto es que la amistad no se mide con el tiempo, he estado pensando y me es prácticamente imposible recordar el día que conocí a la mayoría de mis amigos, a algunos puedo situarlos por fechas teniendo en cuenta épocas, edades o situaciones concretas; pero en general soy incapaz de decir el día que los conocí.

Esto no pasa con novios o aferes amorosos, pero sí con amigos… y no deja de ser curioso, aunque la verdad, acaso importa.

Lo bueno de la amistad y lo bonito de ella, son los pequeños detalles que nos regala: las conversaciones interminables entre amigos, las reuniones que terminan siendo como un campo de batalla, las anécdotas que se repiten una y otra vez cada vez que nos reunimos, las canciones que nos unen para siempre, aquel abrazo en aquel momento, o las palabras que no se dicen y las miradas que hablan en silencio…

Es difícil eso de tener buenos amigos, en mi vida hubo pocos y tardíos. Pronto, demasiado niña quizá me di cuenta de que la amistad de la mayoría era interesada y egoísta, los niños eran tus amigos si les dabas un trozo de tu pantera rosa y las niñas si les dejabas tu colección de colores alpino; después si les dejabas los deberes hechos o no te chivabas de quien había puesto ese monigote en la pizarra; luego si les guardabas un secreto y después si eras la más valiente y hacías cosas prohibidas; y después si interesabas en general.

Quizá nunca interesé o nunca quise interesar, era tal cual y aunque extrovertida, prefería guardarme la mayoría de mis inquietudes para mí y en todo caso para contárselas a mi madre, que siempre me escuchaba, pero pocas veces me indicaba qué hacer.

Cuando fui creciendo… (ni penséis que no tenía amigos, que tenerlos los tenía, pero no verdaderos amigos), como decía, cuando fui creciendo cambié y la gente también cambió, entonces me di cuenta de que era hora de dar una oportunidad a la amistad y sin fechas, ni momentos concretos, sólo poco a poco y sin darme cuenta fui conociendo a mis verdaderos amigos, con los que hoy comparto sin intereses (más allá de los que tenemos todos), ni egoísmos, lo que soy y lo que tengo, es decir mi amistad.

jueves, noviembre 16, 2006

LA TRAICIÓN



Deslealtad, infidelidad, engaño, ingratitud, vileza, delación, complot, maquinación, conjura… y así podríamos seguir definiendo de diferentes formas el hecho de que una persona traicione a otra.

En mi vida muchas veces me he sentido traicionada, ya de pequeña seguramente descubrí la traición en argumentos tan banales como el descubrimiento de la identidad del ratoncito Pérez o los reyes magos, y seguramente el sentimiento de entonces fue el mismo, y no digo que quizá exagerado, que el que siento cada vez que me siento traicionada.

Recuerdo una excursión del colegio cuyo destino era Aranjuez en el tren de la fresa, creo que era sábado y tengo pequeños recuerdos y grandes lagunas, pero un sentimiento que jamás olvidaré.
Todos montamos a tropel en aquel tren y cuando quise darme cuenta estaba sola en medio del pasillo, todas mis amigas habían tomado ya sus puestos en aquellos vagones y yo me había quedado sola, ni la que yo consideraba mi mejor amiga había guardado un sitio para mí. Recuerdo que me paseé por varios vagones y en todos había amigas, pero ninguna me miró y todas prefirieron olvidarse de que yo estaba sola… no sé porqué lo hicieron y la verdad a estas alturas de la vida me da igual, pero en aquel momento sentí tanta rabia y dolor que hubiera querido que cada una de ellas sintiera lo que yo estaba sintiendo, me sentí traicionada.

Pasado el tiempo y seguro que muchas traiciones que he olvidado después, volví a sentir ese sentimiento que parece que te arranca el alma, esta vez era un poco más mayor pero dolió tanto como la primera vez.
Mi grupo de amigas me tomó como cabeza de turco para salvarse de una situación un poco delicada, no les importaron ni las consecuencias ni que yo fuera su amiga, me traicionaron y aquella vez fue la primera que juré que nunca más volvería a perdonar una traición.

Tras aquella traición, seguro volvieron a sucederse muchas más, pero mi memoria me lleva hasta mi primer enamoramiento, aquello si que dolió, fue la mayor traición de mi vida, la persona en la que por primera vez confiaba con el mismo alma me mintió y creó un mundo de mentiras en el que yo me sumergí como una imbecil, creo que puedo decir que fue la mayor traición de mi vida.

Y tras aquella, he vuelto a saborear la traición, pero aunque el sentimiento sigue siendo el mismo, ya duele diferente, quizá porque estoy preparada para ser traicionada por cualquier persona de mi entorno, supongo que ya no confío en nadie.

Y a decir verdad, lo curioso de sentirse traicionado, es que a veces el que traiciona no lo hace con intención y tarda mucho en descubrir, si es que llega a hacerlo, que una vez o más de una traicionó.