domingo, diciembre 31, 2006

BALANCE DE UN AÑO BUENO

Me quedo con la frase típica de que se empieza igual que se acaba, y es que empecé el 2006 con muchos sueños por delante, con muchas expectativas y muchas ganas de cambiar miles de cosas de mi vida… y lo termino igual, prácticamente con los mismos deseos, las mismas ilusiones y con la misma gente que el año pasado.

Pero toca hacer balance y aunque a día de hoy, igual que el año pasado las cosas no son tan estupendas… a medida que fue transcurriendo el 2006 mi vida dio un giro de 180º.

Dejé de ser una estudiante para convertirme en una auténtica productora, me sentí por primera vez orgullosa y realizada con lo que hacía. Cada mañana me levantaba feliz, me sentía grande y ahora que lo pienso creo que en este año di el segundo paso para madurar un poco más, me conocí y me gusté…

También dejé atrás muchos fantasmas del pasado, que tengo que reconocer que aún a día de hoy me siguen amenazando, pero podré con ellos.

He crecido y he madurado, y aunque sigo siendo yo, enfadándome a destiempo, metiéndome donde no me llaman y perdiendo la razón por las formas… he conocido a la persona que quiero ser de mayor.

Y es que después de llegar tan alto, tuve que decidir seguir el camino que había soñado o seguir el que acababa de encontrar, pero digamos que cogí un atajo y al final decidí volver a mi camino.

Ahora estoy nostálgica, tengo miedo de no llegar por este camino a mi atajo, pero una de las cosas que he aprendido es que todo pasa por algo, así que confiaré en ese destino tan incierto que un poco hago yo y un poco ya está hecho.

Ahora me quedan un montón de sueños por cumplir en este año, y la verdad que las expectativas son buenas… Gente nueva a mi alrededor que me gusta y a la que ya empiezo a querer, nuevos retos e ilusiones, proyectos y mi gente de siempre, así que pienso recibir al 2007 optimista y expectante.

De momento tengo que ir a una boda, conocer al hombre de mi vida (al de Bea, y al de Pachi), formar el trío calavera con Blanca y Ana, ir a Zaragoza con Lucía, someterme a los análisis sicológicos de Anita, recuperar viejas amistades, tener más noches de “sí”, detectar con antelación a las hijas de puta, aprobar un curso y si me da tiempo tocar la luna.

martes, diciembre 26, 2006

Y ALLÍ SE QUEDÓ LA NAVIDAD



Un año más entre tropocientos platos de comida, la anual “sopa almendra” con la que mi madre y antes mi abuela nos han torturado durante años y algún que otro villancico, disfruté de la cena de Navidad… y lo cierto es que no me invadía un especial espíritu navideño, sino más bien un especial trancazo que lo que me impedía era salir de casa; pero aún así decidí que me apetecía provocar alguna sonrisa y me dediqué a enviar mensajes navideños a prácticamente toda la agenda… por deciros os diré, que contestaron menos de la mitad y que la que se dio más prisa fue la prometida, que me llamó tesoro y no contestó por él.

Por lo demás poco que decir, que cada vez me llama menos la atención la cena de nochebuena y la comida de Navidad, que este año por estar constipada hice poco el imbécil y animé poco el cotarro, y que un año más tengo la sensación que nada cambia.

Y así, en el último trocito de turrón que he mirado hoy se acaba la Navidad de este año.

miércoles, diciembre 20, 2006

SOBRE LA NOCHE DE NO

Relatos:

“Aquella noche se quedó en “no”, y no en “nada”. Con lo cual pudo haber conversaciones entre los dos sobre aquella noche, comentarios curiosos, incluso graciosos… pero no los hubo, nada de nada. Igual que la noche se quedó en “no”, los comentarios, posibles conversaciones y demás se quedaron en “nada”.

Y la verdad, de la noche de “no” hace un montón de tiempo; el día de después fue no quiero parecer agobiante y después de todo mejor que corra el aire… el de después fue si él no llama porqué yo, y los de más después fueron… qué pereza, mejor ni hablamos. Y el día de más después aún en el que coincidí por msn con él fue rancio, soso y seco, así que ni hablamos de la noche de “no”.

La noche de “no” se quedó atrás… y cuando ya ni pensaba en él, ni en la noche, ni casi fantaseaba… vuelvo a hablar con él y resulta que ya no es ni rancio, ni soso, ni seco… y pienso más de la cuenta, pero no, aunque en medio de la conversación interesante y por momentos simpática pregunto: ¿nunca recaes?”, y él me dice: “depende”. Yo lo dejo estar y sigo la conversación, se acaba y me voy a dormir.

Pienso, porque la verdad es que pienso, pero antes de que piense más suena un sms que me saca de mi ensoñación y descubro que él también estaba pensando, descubro que tal y como yo pensaba no entendió la noche de “no”, y de sorpresa descubro que la quiere repetir… Pero nunca se sabe, tendrá que ser en la noche de “sí”.”

domingo, diciembre 17, 2006

VOY EN LA PARALELA DE LA SUERTE




Cada día que pasa lo tengo más claro y lo veo cada vez más cerca… voy por la paralela de la suerte.

Y es que la veo casi todos los días, excepto cuando algún obstáculo grande se pone en medio de nuestros caminos, pero de forma diaria la veo caminar, aligerar el paso e incluso correr… y casi siempre va a mi ritmo. Hay mañanas, tardes o noches que incluso nos saludamos, y es que a veces ni siquiera nos separa un palmo, pero no llegamos a cruzarnos.

Es curioso porque cuando estamos a punto de vernos las caras y casi tocarnos, ella entra y yo salgo; se suele despedir de mí con un guiño de ojos y a veces me mira mientras da la mano a otro que consiguió cruzarse con ella, y yo pienso: “¿tan difícil es invitarle a un capuchino?”.

Si mañana o pasado o al otro me encuentro con ella, tengo un miedo que planea sobre mi cabeza, y es que son tantas las veces que evitó cruzarse conmigo, incluso veces en las que me invitó a pasar a su paralela y cuando llegaba había una curva y me cambiaba de calle, pero seguía en su paralela… que tengo miedo a copar mi tiempo preguntándole por todas aquellas veces, para que al final me sonría y me diga: “nos vemos en la próxima glorieta”.

sábado, diciembre 16, 2006

VA POR TI



La importancia de las palabras es sublime, eso está claro, pero el hecho de que lleguen a más de una persona, que puedan ser reconocidas y admiradas por más de una persona… es no sólo un hecho imposible, sino utópico.

Muchas veces acudí como oyente a concursos de relatos, poesía… y la mayor parte de las veces me quedó una sensación medio agria, medio amarga que me desilusionaba, porque la importancia de las palabras y sobre todo su interpretación, se quedaba en un apellido, en un nombre o simplemente en el azar ignorante.

En cambio anoche renació en mí la ilusión perdida, y ya no sólo la importancia de las palabras, sino la fuerza de las mismas hizo que se me hiciera un nudo en la garganta, que me emocionara y sintiera esas mariposas en el estómago, que no sólo revolotean cuando estás enamorado…

Anoche me sentí orgullosa de una gran futura profesional del periodismo y para mí ya una consolidada escritora… con un relato de menos de 50 palabras fue capaz de eclipsar no sólo a un jurado tripartito, sino a la mayoría de las personas que ocupaban el anfiteatro del colegio de médicos de Madrid.

Dijeron que era la descripción psicológica perfecta de dos personajes… para mí eran una historia, un sentimiento y sobre todo la prueba de fuego para ti, para que de verdad creas que no es un sueño imposible.

lunes, diciembre 11, 2006


Nos estamos cargando el mundo.

viernes, diciembre 08, 2006

SEGUNDA NOCHE, UNA NUEVA AMIGA



Lo del primer encuentro estuvo bien, como análisis general debo decir que me sentí bien. Le vi feliz o al menos tranquilo, volvía a ser el chico que yo conocí y eso me tranquilizaba. No creí poder sentir ni la mitad de esa paz, pero a pesar de un sentimiento contradictorio con esencia de tristeza y ápices de nostalgia, me sentía bien y tenía la extraña sensación de que todo había pasado, tal y como lo había hecho por alguna extraña razón.

Hasta ahí perfecto, pero después de esa primera noche, llegó la segunda y con ella una llamada en la que quería quedar para presentarnos a su novia, a su prometida, a quien iba a casarse con él, a quien había conseguido reconvertirle en el chico que yo conocí.

Y sinceramente con las dos tazas de café del día anterior era suficiente, el chocolate con su novia se me hacía espeso, casi una masa compacta que se me quedaba un poco atragantada y no me apetecía probar… pero como hay cosas que hay que hacerlas porque hay que hacerlas…

Mismo bar, ese cualquiera de la noche anterior, mi amiga y su amiga a mi lado, más de diez minutos esperando, tal tensión que creí que iba a desmayarme y por fin, ellos. Entraron como dos amigos, ni dados de la mano, ni poniendo caritas… él más nervioso y ella dubitativa y observadora.

Saludos de recién conocidas y una conversación que coge carrerilla, que vuelve a instalarse en el pasado, en esos momentos que tanto se me clavan… De nuevo, mi silencio es más pronunciado que el de mi amiga y su amiga, incluso que el de la prometida… aunque el silencio de él es mayor que el día anterior. Noto como esta vez es él quien busca mi mirada de reojo, me reta a la batalla, pero esta noche no soy capaz de luchar porque siento que he perdido una guerra.

Pasa una hora, y otra… hablo más, parece que me suelto, pero no, mido mis palabras y por el tono de la conversación, por su manera de expresarse y los silencios que nos separan, deduzco que ella no sabe nada, somos sus dos amigas, sólo eso y por eso estamos invitadas a su boda.

Después de tres largas horas, y muchas cervezas de los tres y ninguna mía, aunque hubiera podido beber toda una bodega, llega el momento de irnos. Pero aún es pronto, él quiere marcharse, pero ella y mi amiga y su amiga están animadas… yo no opino. Proponen ir a otro bar, y yo les sigo. De nuevo mi silencio, pero siempre escondido por sonrisas, incluso carcajadas que muchas veces esconden mi temor a que se descubran momentos pasados.

De pronto siento que me cae bien, que aquella chica es buena y le quiere y ha luchado por él, y supongo que se le merece y por eso se van a casar. Y yo por primera vez deseo que sean felices.

La noche sigue animada y proponen cambiar de aires, yo no he bebido, así que yo conduzco… En una conversación en la que no termino de escuchar, porque no dejo de pensar, pero termino aparcando detrás de su coche, bajando y subiendo cuarenta y ocho escalones que separan la acera de la calle, de su habitación conyugal… pasando por un sótano a medio construir, con una barra de bar; por la cocina, un baño, el salón y el cuarto de estar; una terraza, dos habitaciones más y otro cuarto de baño…

Y cuando a penas soy consciente de dónde y con quién estoy, conduzco camino de otro bar cualquiera con la música más alta y posibles caras conocidas, mientras tengo en el asiento trastero a la prometida y a él. Mi amiga y su amiga comienza una conversación, pero yo no la sigo, sólo conduzco y pienso, y él sólo habla en silencio.

Llegamos y nos reímos, hablamos, escuchamos música, ellos siguen bebiendo y yo observo más que nunca. Y de repente allí, con la música alta, el humo y el ambiente me elevo y siento que han vuelto aquellos momentos. Le miro y me sonríe, y comprendo que él también lo siente… No pasa nada, no hay nada malo, nadie se da cuenta y hay tanta inocencia en aquellos momentos que nadie podría culparnos ahora.

Mi amiga y su amiga, se hace también amiga de la prometida… que también es mi amiga, a pesar de una distancia invisible que no sé muy bien si es más suya o más mía.

Y sin darnos cuenta, nos quedamos solos y la tensión crece sin que pueda dominarla… y me mira y le miro, y debo confesar que le beso aún sin acercarme, pero como despedida… y él mientras tanto sólo me mira. Volvemos a quedarnos solos, me siento incómoda, pero no puedo abstraerme estando a su lado, y esta vez se acerca y me dice al oído que pase lo que pase, aquello que me dijo donde y cuando sólo los dos sabemos, será verdad el resto de su vida.

Una lágrima se me escapa y la prometida más achispada que mi amiga y su amiga, ríe sin saber más de lo que puede intuirse con sólo mirar su cara.

Termina la fiesta, termina la segunda noche tan fría… Y ya en el coche, cuando escucho una conversación que ni me importa, ni me anima… ella dice: “y porqué no se la acercó nadie? Y él contesta: “porque estaba conmigo”.

El silencio y el frío me queman las manos, aunque en cuestión de segundos todo está arreglado… estaba conmigo hablando, sólo estaba conmigo… Y sin ser verdad, tampoco era mentira. No se le da más importancia y enseguida llega la despedida, y desde la parte de atrás él se acerca me acaricia la cara mientras se despide con dos besos que marcan que el pasado siempre será pasado.

Y de aquí, hasta antes de la boda supongo.

jueves, diciembre 07, 2006

LA PRIMERA NOCHE



Debo confesar que sino provoqué yo misma el encuentro, sí ayudé para que surgiera; era un trance que prefería pasar cuanto antes… Y ya que por su parte la visita se había adelantado… así sin casi pensarlo nos encontramos.

Miré haciéndome la despistada hacia el coche que acababa de aparcar, y retiré la mirada por miedo a sentir que el pasado se hacía presente y el presente parecía camuflarse en pasado. Yo no estaba sola, estaba con mi amiga y su amiga, el vínculo de unión por el que había sido posible tal encuentro.

Cuando llegó a nuestra altura, creo que lo saludé primero, dos besos temblorosos, deseados y un sentimiento pasado que creí haber desterrado para siempre, y eso que no hablo de enamoramiento, ni deseo sexual, sino de ese sentimiento que hizo, hace y hará que lo quiera para siempre y a pesar de cualquier cosa.

Entramos en un bar cualquiera, con la sensación de hablar de cualquier cosa, pero con el deseo imposible de que fuera más pasado que presente… con la esperanza de quien cierra los ojos y retrocede tanto tiempo atrás como necesita o como siente.
Mi amiga y su amiga empezó la conversación de los viejos amigos que se encuentran después de un tiempo, él con la mirada distraída y evitando por todos los medios una batalla entre nuestras miradas que yo por momentos y de reojo buscaba, seguía la conversación que acumulaba recuerdos y momentos ya pasados… Yo a penas hablaba, sólo comentarios sueltos, como de costumbre, indiferentes, sin importancia, simples palabras, porque yo no recordaba aquel pasado.

Cuanta hipocresía por mi parte, pero ya qué más da, mis sentimientos son míos y para qué dejarlos salir si sólo provocarían obstáculos evitables. Después de un par de horas, comentarios hechos y la mayoría de comentarios en el tintero… sin decir, con un candado hecho sonrisa y una despedida más cercana que el saludo inicial, pero tan confusa y distraída sabiendo que el pasado ha vuelto para enseñarme a la misma persona que ocho años atrás me hizo especial y que durante mucho tiempo no reconocí, pero ahora le tengo enfrente otra vez… y no es una nueva oportunidad, sino un encuentro amistoso antes de su boda.

miércoles, diciembre 06, 2006

EL PASADO Y TODOS ESOS SENTIMIENTOS


Qué fácil resulta todo cuando está planificado, y es que la monotonía es aburrida pero segura y evita esos altos y bajos emocionales que hacen que te plantees la vida de maneras muy diferentes… Estas turbulencias emocionales y vitales se suceden continuamente, pero de manera muy significativa cuando el pasado sin previo aviso y presunción de inocencia se presenta en nuestro presente, bien tocando al timbre, invitándote a una boda o si te descuidas para preguntarte si quieres ser la madrina de su primogénito…

Cuando alguna de esas cosas sucede, el presente tarda algún tiempo en volver a su ritmo, porque por imposible que parezca e incluso absurdo, el pasado se instala en el presente y se entremezclan tantas emociones y sentimientos, de antes y de ahora, que es prácticamente imposible saber qué estamos sintiendo.
"The dream of the distant" (El sueño de la lejania)
A mí el pasado me llegó hace aproximadamente dos mesesen forma de mensaje de móvil, corto y preciso:

“Q tal todo.el 15d septiembre m kaso estas invitada.ya hablamos”

Tal cual, sin ningún tipo de preparación ni entrenamiento, y por supuesto sin la menor contemplación de signos de puntuación u ortografía, aunque dado el mensaje eso es lo de menos. Así llegó mi pasado, tras cuatro años de silencio y algún encuentro esporádico y fulminante entre ellos, y con el recuerdo de una última conversación en la que se dijo eso que se dice a veces sin sentir, y otras sintiendo y sin querer sentir… “siempre te querré y siempre serás especial para mí”…

Después de llegar a mi presente, a cada mañana cuando suena el despertador y a cada noche leyendo mi libro de mesilla, digamos que trastocó de alguna manera mi día a día, mi presente monótono a pesar de aún interesante… Me dejé envolver en la nostalgia de los días ya pasados y exclusivamente de los buenos momentos, de los instantes infinitos que ya más de una vez secuestraba en noches insomnes y mañanas derrotistas.

Tardé un par de semanas en responder, pensé que no importaría demasiado mi contestación y por otra parte y sinceramente, mi estado de shock no me permitía elegir tantas de las posibles respuestas que pasaban por mi cabeza. Llamada o mensaje. Y fue mensaje, calmado y tranquilo escrito con el tembleque de mis dedos torpes y confusos, dirigiéndome al futuro matrimonio, deseando la felicidad que no deseaba y prediciendo una cita entre cuatro, de la que aún ni siquiera pensé cómo salir del paso. Y así, en una noche cualquiera y con aire indiferente, despaché a mi pasado hasta nueva orden, y la nueva orden teniendo en cuenta el espacio de tiempo que suele cubrir sus visitas, se ha presentado demasiado pronto… esta misma noche.





miércoles, noviembre 29, 2006

Hablábamos de payasos...

LA VERGÜENZA


Dice el diccionario de la Real Academia Española que la vergüenza se define como la turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena.

Dice el día a día y algunos años de experiencia, (que no muchos todo hay que decirlo), que la vergüenza no es sino una sensación que te evita hacer en la mayoría de las ocasiones aquello que quieres pero que por mil y un prejuicios no eres capaz de hacer. Ya sabéis aquello de “arrepentirse de algo que has hecho es mucho mejor que hacerlo de algo que nunca hiciste”, y en la mayoría de las ocasiones es la vergüenza gran culpable de quedarnos arrepintiéndonos de lo no hecho.

El caso es que cada persona nace o se hace, (ni idea), con mayor o menor grado de vergüenza, véase el caso de un Erasmus, (de muy buen ver pero ya pillado), que después de escuchar durante un buen rato desde la mesa de a lado, la conversación de tres “mozalbetas” sobre sexo, soplar flotadores pero no la barca entera, que también soplen ellos (By Ana) y otros temas de gran interés mundial, se marcha despidiéndose con un afable movimiento de mano (tipo princesa), y vuelve a la velocidad del rayo mientras aún se comenta su peculiar despedida, por la espalda y con alevosía, se presenta de buen rollo a las tres flipadas “mozalbetas” y acto seguido comienza una conversación que le termina llevando a dos manzanas de su casa en coche… eso entre otras cosas es no tener vergüenza (sana, eso sí), pero igualmente no tenerla.

De igual modo, la vergüenza sirve cuando sí se tiene, incluso en grado máximo… para perder al hombre de tu vida cuando coincides con él en el metro, en el autobús, en la clase de tantra o en la puerta de la cafetería (porque hombres de tu vida hay muchos). Él te mira, tú le miras, te sigue mirando y sonríe, y tú… tú sonríes con cara de lela y por no saber qué hacer, por ese calor que te sube por la cara y te pone del color de la granadina, terminas bajándote en la parada del metro o autobús que no es la tuya, haciendo el pino y terminando de morros (causa de vergüenza y de que salgas despavorida de la clase de tantra), o que termines abriendo la puerta de la cafetería para huir y encima tengas la mala suerte de que la abran desde dentro y encima consigas una nariz como una pelota de pim pom o en su defecto el careto de miliquito (de los payasos de la tele)… así que visto lo visto tener vergüenza nunca es bueno, y termina siendo un bullir de contratiempos que no sirven para nada.

viernes, noviembre 24, 2006

TEORÍAS



Supongo que igual que yo todo el mundo tiene sus propias teorías sobre la vida, sobre pequeños o grandes detalles, sobre situaciones que se repiten una y otra vez, coincidencia o causalidad… y de todo eso se sacan diferentes teorías, diferentes conclusiones de la observación de la vida diaria que me llevan a plasmar hoy aquí unas cuantas, que por supuesto no serán originales sino compartidas por muchos otros y controvertidas por otros tantos.

- Por ejemplo, el hecho de que llegado un momento de la vida todos y cada uno de nosotros nos movemos por intereses, es decir por y para nosotros. Con esto no juzgo el hecho de que sea bueno o malo, pero todos lo hacemos, y además yo creo que tiene su ventaja si todos lo tuviéramos claro.

Y es que si a las 3 de la mañana te llama una amiga desesperada y tú estás en el quinto sueño, puede que cojas su llamada a pesar de que te esté partiendo la noche o puede que cuelgues el teléfono a modo de parada del despertador o simplemente lo silencies. En ambas posibilidades, desde mi punto de vista, se actúa bajo los intereses de uno mismo. Podéis decirme que en el primer caso, respondes porque es tu amiga y lo haces por ella y no por ti… ¿en serio?, yo creo que si lo haces es porque te interesa, porque tú amiga te interesa, porque te interesa saber qué ocurre o por cualquier otro interés, pero lo haces por ti mismo; al igual que si no lo coges lo haces porque no te interesa.

Y es que los intereses mueven el mundo, pero el hecho de moverse por tus propios intereses es una manera de tener claro que no hay que esperar nada de nadie, y con esto me refiero, a que si cada uno hace las cosas por su propio beneficio nunca se sentirá defraudado por nadie que en un momento dado le deje tirado, no le haga un favor o simplemente pase de él, porque sabrá que cada uno actúa por su propio interés.

- Otra de mis teorías es la del primer amor, ya sé que está muy trillada y que esta puede que sea la menos original, pero es otra de las teorías en las que creo plenamente.
Y es que soy de la opinión de que en la vida hay un amor que nos marca para siempre, lo llamo el primer amor pero no tiene porque ser el primer chic@ con el que se tiene una relación, es más a veces ni siquiera se tiene una relación.

Se trata de la persona que te llega, que a veces no te das cuenta en el momento, pero pasado el tiempo sigue ahí, puede que ni le veas ni sepas nada en años, pero está ahí; no sabes porqué, pero recuerdas detalles a los que ni siquiera diste importancia en su momento y cada vez que te sientes mal, cada vez que sientes que el mundo está en tu contra pasa por tu mente como un aliento de aire renovado, un poco nostálgico, pero positivo, siempre positivo.

A veces el primer amor del que hablo, es un amigo o más bien era un amigo, porque según mi teoría rara vez se acaba con el primer amor; supongo que precisamente por todos los detalles que he dado, ese primer amor se idealiza, es como si lo encerráramos en una urna de cristal y lo idealizáramos hasta el punto de creerlo perfecto, quizá porque siempre queda en el pasado.

Tener un primer amor no significa no volver a amar a alguien, ni mucho menos, creo que siempre se puede volver a amar, no de la misma manera pero sí con más intensidad, incluso el paso del tiempo hace que el amor madure y la manera de amar se haga quizá más profunda, al fin y al cabo diferente.

- Y ahora otra teoría de la que ya he hablado en el post anterior… Se trata de la manera de ser de algunas personas y tiene que ver con el refrán de: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. Aunque algo distorsionado, me refiero a las personas que publican infatigablemente a diario lo buenas que son, lo bien que comportan y todas las cosas malas que les pasan por ser tan buenas, que de tan buenas son tontas… y es que cada vez que he escuchado esa frase de alguien, he podido comprobar la maldad de la misma, de ahí que quizá mal definido diga que “A más buena, más hija de puta”.

- Hay múltiples teorías más que me rondan por la cabeza, pero creo que hoy con tres es suficiente… mejor otro día os las cuento.

martes, noviembre 21, 2006

SER HIJA DE PUTA


¿A quién llamas tú hija de puta?, cuando yo llamo a alguien hija de puta, como que se me llena la boca: “Hija de puta”, es como decir “Hostias”, que no me gusta, y me suena mal en otras personas, pero hay veces que un “hostias” como que te relaja.

Bueno volvamos a “hija de puta”, en mi vida me he encontrado con muchas hijas de puta, grandísimas hijas de puta e hijas de la gran puta. Es verdad que no me paro a pensar en el significado exacto de la palabra, puesto que la mayoría de sus madres serán unas santas, aunque seguro que alguna puta (que no trabajadora placentera) había; el caso si me pongo a mirar atrás se me pasarán un montón de hijas de puta, pero se me ocurren unas cuantas y cada una de ellas hizo prácticamente las mismas cosas para ganarse tan honorífico título, y es curioso porque todas ellas juraban y perjuraban ser buenas personas: “yo soy buena, de buena soy tonta… véase me pasan las cosas por buena o por tonta…”. Todas unas hijas de puta, y es que no se libra ni una de verdad, tía (porque hablo de tías, para hablar de tíos hijos de puta otro día…), tía que alardea de ser buena es mala y cuando más buena más hija de puta.

Recuerdo el caso de una gran hija de puta y además golfa. Se llamaba Cristina, o llama porque a éstas alturas a saber. El caso es que la susodicha fue pillada in fraganti con el novio de mi mejor amiga, y en medio de la gran pillada, (de la cual el infiel hijo de puta salió no muy bien parado pero a la velocidad del rayo), la gran hija de puta tuvo la geta de acercarse a mi amiga y al séquito que la acompañábamos en tan jodida aventura y excusarse diciendo que ella no sabía que él tenía novia, que llevaba con ella tres meses y dar todo tipo de detalles de lo que hacía con él… me refiero a días descritos como día mamada, día follada, día mamada y follada y gran día follada, mamada y varios, frente a la foto de mi amiga… vamos la legítima, la novia oficial, la cornuda sí. Con lo que se sacó en conclusión que no sólo sabía que el gran hijo de puta tenía novia, cosa que la convierte ya en gran hija de puta, sino que la importaba tres narices y le echó el morro que la sobraba para contarle en su cara lo que hacía con él, (siempre para parecer la pobre víctima que dice no saber y sabe más de lo que dice, vamos para parecer la buena),hecho que la convierte en una grandísima hija de puta además de golfa y mentirosa, pero sobre todo gran hija de puta.

Está también el caso de otra grandísima hija de puta, la compañera de trabajo hija de puta, que siempre parece estar pendiente de ti: te traigo el café, te hago las fotocopias que me pillan de paso, te invito a la fiesta de mis super amigos… Vamos la compañera ésta que empiezas a sospechar que es una lame-culos, pero que pasado un tiempo cuando hay cosas que te empiezan a descuadrar, como comentarios, pérdidas de comisiones, papeles revueltos en tu mesa… empiezas a pensar que es una cabrona, y que más tarde como buena compañera y fiel amiga te llama preocupada porque cree que has cometido el gran error de tu vida en el trabajo y antes de que te echen te lo comenta... que hasta ahí perfecto, pero cuando te das cuenta de lo que te habla, ves que todo estaba bien, y que para darse cuenta del posible error ha tenido que meter las narices donde no la llamaban y que para colmo por su buen acto de compañerismo te has ganado la visita al despacho de tu superior por demora en la presentación del proyecto, entonces pasa directamente y con toda la entonación a ser una hija de la gran puta.

Y es que hijas de puta las hay a montones, y también es cierto que quien no haya sido hija de puta alguna vez, puede empezar a tirar la primera piedra, aunque desde luego no seré yo.

lunes, noviembre 20, 2006

EL FINIQUITO

El famoso y ansiado finiquito, que en realidad es una compensación económica por las obligaciones que la empresa contrajo contigo al firmar el contrato laboral, y que el trabajador obtiene cuando se va de la empresa por voluntad propia. Es decir que cuando dejas un trabajo, bien sea porque estás hasta el moño, porque has encontrado otra cosa mejor, porque te has visto obligado a ello por los motivos que fueran o fuesen… pasan varios días desde que dejas tu trabajo y vuelves a él para recibir este pago tan esperado, que tú previamente ya has medio calculado y que sueles esperar como agua de mayo.

Vamos así más o menos esperaba yo esta mañana mi finiquito, pero cual ha sido mi sorpresa cuando mi finiquito ha sido mi última nómina, y para ser mas exactos los dos únicos días que trabajé el último mes antes de dejar mi trabajo, (con causa justificada con nombre de compañeras hijas de puta y posterior disculpa del jefe de personal), es decir que de finiquito nada porque mi gran contrato, el cual ya había firmado como indefinida, (gran logro pensaba yo), tiene incluidas partes proporcionales de pagas extras, descansos establecidos y vacaciones, por lo que mi finiquito se llama “patada en el culo y si te he visto no me acuerdo, pero gracias por tus servicios prestados a esta nuestra empresa”.

Y sí, ya debería haberlo sabido porque cuando firmé el contrato leerlo lo leí, pero es esto de no querer ir al sindicato y de tener una estúpida esperanza, (también por ser el primer contrato más serio), pues ilusa de mí me permitió creer que el finiquito me iba a salvar un par de cumpleaños este mes e incluso parte de los regalos de reyes.

CONCLUSIÓN: “Todo mi gozo en un pozo” o como dicen mis compañeras, en su gran teoría sobre que todos los refranes pueden acabarse con la siguiente frase sin variar su significado: “Todo mi gozo… y patada en los cojones”.

viernes, noviembre 17, 2006

VEINTE MARIPOSAS



Que cierto es que la amistad no se mide con el tiempo, he estado pensando y me es prácticamente imposible recordar el día que conocí a la mayoría de mis amigos, a algunos puedo situarlos por fechas teniendo en cuenta épocas, edades o situaciones concretas; pero en general soy incapaz de decir el día que los conocí.

Esto no pasa con novios o aferes amorosos, pero sí con amigos… y no deja de ser curioso, aunque la verdad, acaso importa.

Lo bueno de la amistad y lo bonito de ella, son los pequeños detalles que nos regala: las conversaciones interminables entre amigos, las reuniones que terminan siendo como un campo de batalla, las anécdotas que se repiten una y otra vez cada vez que nos reunimos, las canciones que nos unen para siempre, aquel abrazo en aquel momento, o las palabras que no se dicen y las miradas que hablan en silencio…

Es difícil eso de tener buenos amigos, en mi vida hubo pocos y tardíos. Pronto, demasiado niña quizá me di cuenta de que la amistad de la mayoría era interesada y egoísta, los niños eran tus amigos si les dabas un trozo de tu pantera rosa y las niñas si les dejabas tu colección de colores alpino; después si les dejabas los deberes hechos o no te chivabas de quien había puesto ese monigote en la pizarra; luego si les guardabas un secreto y después si eras la más valiente y hacías cosas prohibidas; y después si interesabas en general.

Quizá nunca interesé o nunca quise interesar, era tal cual y aunque extrovertida, prefería guardarme la mayoría de mis inquietudes para mí y en todo caso para contárselas a mi madre, que siempre me escuchaba, pero pocas veces me indicaba qué hacer.

Cuando fui creciendo… (ni penséis que no tenía amigos, que tenerlos los tenía, pero no verdaderos amigos), como decía, cuando fui creciendo cambié y la gente también cambió, entonces me di cuenta de que era hora de dar una oportunidad a la amistad y sin fechas, ni momentos concretos, sólo poco a poco y sin darme cuenta fui conociendo a mis verdaderos amigos, con los que hoy comparto sin intereses (más allá de los que tenemos todos), ni egoísmos, lo que soy y lo que tengo, es decir mi amistad.

jueves, noviembre 16, 2006

LA TRAICIÓN



Deslealtad, infidelidad, engaño, ingratitud, vileza, delación, complot, maquinación, conjura… y así podríamos seguir definiendo de diferentes formas el hecho de que una persona traicione a otra.

En mi vida muchas veces me he sentido traicionada, ya de pequeña seguramente descubrí la traición en argumentos tan banales como el descubrimiento de la identidad del ratoncito Pérez o los reyes magos, y seguramente el sentimiento de entonces fue el mismo, y no digo que quizá exagerado, que el que siento cada vez que me siento traicionada.

Recuerdo una excursión del colegio cuyo destino era Aranjuez en el tren de la fresa, creo que era sábado y tengo pequeños recuerdos y grandes lagunas, pero un sentimiento que jamás olvidaré.
Todos montamos a tropel en aquel tren y cuando quise darme cuenta estaba sola en medio del pasillo, todas mis amigas habían tomado ya sus puestos en aquellos vagones y yo me había quedado sola, ni la que yo consideraba mi mejor amiga había guardado un sitio para mí. Recuerdo que me paseé por varios vagones y en todos había amigas, pero ninguna me miró y todas prefirieron olvidarse de que yo estaba sola… no sé porqué lo hicieron y la verdad a estas alturas de la vida me da igual, pero en aquel momento sentí tanta rabia y dolor que hubiera querido que cada una de ellas sintiera lo que yo estaba sintiendo, me sentí traicionada.

Pasado el tiempo y seguro que muchas traiciones que he olvidado después, volví a sentir ese sentimiento que parece que te arranca el alma, esta vez era un poco más mayor pero dolió tanto como la primera vez.
Mi grupo de amigas me tomó como cabeza de turco para salvarse de una situación un poco delicada, no les importaron ni las consecuencias ni que yo fuera su amiga, me traicionaron y aquella vez fue la primera que juré que nunca más volvería a perdonar una traición.

Tras aquella traición, seguro volvieron a sucederse muchas más, pero mi memoria me lleva hasta mi primer enamoramiento, aquello si que dolió, fue la mayor traición de mi vida, la persona en la que por primera vez confiaba con el mismo alma me mintió y creó un mundo de mentiras en el que yo me sumergí como una imbecil, creo que puedo decir que fue la mayor traición de mi vida.

Y tras aquella, he vuelto a saborear la traición, pero aunque el sentimiento sigue siendo el mismo, ya duele diferente, quizá porque estoy preparada para ser traicionada por cualquier persona de mi entorno, supongo que ya no confío en nadie.

Y a decir verdad, lo curioso de sentirse traicionado, es que a veces el que traiciona no lo hace con intención y tarda mucho en descubrir, si es que llega a hacerlo, que una vez o más de una traicionó.



sábado, octubre 21, 2006

RELATOS:"ERA DE NO"

Relatos

“Aquella noche salí de no, y eso que incluso lo pensé, pero tocaba no… y tampoco sé explicar porqué, creo que entonces no pensé el porqué, porque lo que menos pensé es que tendría la ocasión de tener que buscar dicho porqué. El caso es que era una de esas noches que “no” y yo estaba tan feliz.

Pero mira por donde la noche me sorprendió, sí suele pasar, pero qué sabía yo. Debo confesar que había fantaseado muchas veces con una noche parecida, pero lo que precisamente tiene lo de fantasear es que no se hace realidad…

Creo que fue la manera más original de pedirme algo así, ni romántica, ni obscena, simplemente original. Pero aquella noche era de “no”.”

viernes, septiembre 15, 2006

INFINITO


Infinito es esa canción que cuando escuchas, tienes la extraña sensación de que podrías haber dictado cada palabra. Y es que cuando un amor cala tan dentro, es tan difícil de olvidar como pensar que la otra persona ya nos olvidó.
INFINITO

Me calaste hondo
y ahora me dueles
si todo lo que nace perece,
del mismo modo
un momento se va
y no vuelve a pasar.
Y decían: '¡qué bonito!'
era vernos pasear
queriéndonos infinito
pensaban: 'siempre será igual'
¿cómo lo permitimos,
qué es lo que hicimos tan mal?
¿fue este orgullo desgraciado
que no supimos tragar?
Engáñame un poco al menos
di que me quieres aún más
que durante todo este tiempo
lo has pasado fatal.
Que ninguno de esos idiotas
te supieron hacer reír,
que el único que te importa
es este pobre infeliz.
Me calaste hondo
y ahora me dueles
si todo lo que nace perece,
del mismo modo
un momento se va
y no vuelve a pasar.
Y el día que yo me muera
y moriré antes que tú,
sólo quiero que una pena
se lloré frente a mi ataúd.
Que esta herida en mi alma
no llegó a cicatrizar
y estará desesperada
hasta que te vea llegar.
Me calaste hondo
y ahora me dueles
si todo lo que nace perece,
del mismo modo
un momento se va
y no vuelve a pasar.
Enrique Bunbury