lunes, agosto 13, 2007

ENCUENTRO PEDUFLAS


Tras un par de intentonas de quedada con los prometidos y una semana de continuos sueños altamente sofocantes y pesadillas acojonantes, quedamos en ese bar que ya parece haber obtenido el nominativo de “el de siempre” a las 23:00h del viernes noche.

Fieles a su puntualidad llegaron veinte minutos tarde, pero esta vez no nos importó demasiado porque era una de esas noches en las que te pasarías las horas en la calle. Cuando llegaron él nos saludó enseguida y ella lo hizo con la habitualidad que ya suponía vernos, aunque esa actitud también se debiera al cansancio que arrastraba y del que nos hizo partícipes a los tres durante toda la noche, bostezando una y otra vez.

La velada no prometía nada especial, yo conducía, así que dos coca-colas y trescientos millones de gases después de mi cuenta junto con cubatas, tintos y cervezas de los demás cambiamos de sitio, no sin antes llevarnos embolsados cada una varios peluches que mi amiga y su amiga y él se encargaron de coger de una máquina saca-cuartos, mientras la prometida me ponía al día de los nuevos detalles y conflictos de la puta- boda (sin ánimo de ofensa).

Comentar antes de pasar al momento importante de la noche que la prometida y sólo por serlo, se llevó el peluche donald que a mí me correspondía, y yo en su defecto y tras el hurto del peluche pato de mi amiga y su amiga que también me correspondía, terminé con una vaca-peluche-embarazada- con barriga-cola – con acné, un perro- peluche con ojos tristes y un garfield- peluche que quizá pase a formar parte de la decoración del coche (ya lo aviso a navegantes).

El momento importante de la noche comenzó cuando decidimos ir a un sitio nuevo, la terraza de un hotel de 4* que acababan de abrir. Un jardín precioso nos recibió al entrar y nos enmarcó en un lugar de ensueño que yo hubiera disfrutado en otro tiempo con otra persona… pero lo que hay es lo que hay.

Tras conseguir acomodarnos después de dos cambios de mesa, comenzó una gran noche bañada por la lluvia de estrellas que se celebraba sobre nosotros. La prometida seguía bostezando entre cada frase y él junto con mi amiga y su amiga volvían a hablar de las cosas del ayer, rozando casi- casi la línea que ambos saben que no podemos cruzar. En medio de la conversación me quedo ensimismada y al volver descubro que estoy mirando fijamente al chico de la mesa de enfrente que resulta ser el ex de mi amiga y su amiga… con el cual no terminamos demasiado bien, pero que en algún tiempo fue mi mejor amigo. La comunicación de mi hallazgo levanta los nervios esta vez de mi amiga y su amiga, ya está bien que por una noche yo descanse, así que para compensar nervios mi amiga y su amiga y él deciden pasarse con las copas, mientras la prometida que parece haberse despertado comienza un interrogatorio del ayer que termina con mi nombre en la pregunta: “y cuando te liaste con*”… pero resulta que no era yo, era otra yo diferente o eso parece ser, así que como su lista de conquistas me supera, empiezo a sentirme como ya no viene al caso y después de muchas risas de ellos, vaciles a un camarero con muchísima paciencia y muy simpático y 20 km conduciendo a 90km/h porque me apetece mirar al cielo, llego a casa y no puedo dormir.

***Por cierto el Misterio de la Flor de mi secreto, del suyo, o del que sea… queda resuelto. La prometida en medio de comentarios por parte de mi amiga y su amiga y yo a propósito sobre peluches y en medio del reparto de los que nos regala él, se descubre y desvela que ella tiene la flor… Ahora queda de mi parte pedírsela o actuar siguiendo sus métodos de hurto discreto…

1 comentario:

Anónimo dijo...

O sea, que iré acompañada ene l coche?!?!Vivaaaaaaaa

Tus encuentros dan para una puñetera telenovela. Tú eres la estrella!!

Muchas gracias por los besos de Calleja, los he gusardado junto a tu odio. Seguro que te salió mejor de lo que esperas el examen! BESAZO guapa