jueves, noviembre 16, 2006

LA TRAICIÓN



Deslealtad, infidelidad, engaño, ingratitud, vileza, delación, complot, maquinación, conjura… y así podríamos seguir definiendo de diferentes formas el hecho de que una persona traicione a otra.

En mi vida muchas veces me he sentido traicionada, ya de pequeña seguramente descubrí la traición en argumentos tan banales como el descubrimiento de la identidad del ratoncito Pérez o los reyes magos, y seguramente el sentimiento de entonces fue el mismo, y no digo que quizá exagerado, que el que siento cada vez que me siento traicionada.

Recuerdo una excursión del colegio cuyo destino era Aranjuez en el tren de la fresa, creo que era sábado y tengo pequeños recuerdos y grandes lagunas, pero un sentimiento que jamás olvidaré.
Todos montamos a tropel en aquel tren y cuando quise darme cuenta estaba sola en medio del pasillo, todas mis amigas habían tomado ya sus puestos en aquellos vagones y yo me había quedado sola, ni la que yo consideraba mi mejor amiga había guardado un sitio para mí. Recuerdo que me paseé por varios vagones y en todos había amigas, pero ninguna me miró y todas prefirieron olvidarse de que yo estaba sola… no sé porqué lo hicieron y la verdad a estas alturas de la vida me da igual, pero en aquel momento sentí tanta rabia y dolor que hubiera querido que cada una de ellas sintiera lo que yo estaba sintiendo, me sentí traicionada.

Pasado el tiempo y seguro que muchas traiciones que he olvidado después, volví a sentir ese sentimiento que parece que te arranca el alma, esta vez era un poco más mayor pero dolió tanto como la primera vez.
Mi grupo de amigas me tomó como cabeza de turco para salvarse de una situación un poco delicada, no les importaron ni las consecuencias ni que yo fuera su amiga, me traicionaron y aquella vez fue la primera que juré que nunca más volvería a perdonar una traición.

Tras aquella traición, seguro volvieron a sucederse muchas más, pero mi memoria me lleva hasta mi primer enamoramiento, aquello si que dolió, fue la mayor traición de mi vida, la persona en la que por primera vez confiaba con el mismo alma me mintió y creó un mundo de mentiras en el que yo me sumergí como una imbecil, creo que puedo decir que fue la mayor traición de mi vida.

Y tras aquella, he vuelto a saborear la traición, pero aunque el sentimiento sigue siendo el mismo, ya duele diferente, quizá porque estoy preparada para ser traicionada por cualquier persona de mi entorno, supongo que ya no confío en nadie.

Y a decir verdad, lo curioso de sentirse traicionado, es que a veces el que traiciona no lo hace con intención y tarda mucho en descubrir, si es que llega a hacerlo, que una vez o más de una traicionó.



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