domingo, febrero 04, 2007

LA NOCHE DE “NO” SE QUEDÓ EN NUNCA

Por errores, fallos y “lerdeces” varias del ordenador y de mí misma, perdí la suculenta reflexión hecha en caliente que escribí hace unas cuentas noches… Pero debía terminar con la noche del “no”, antes de que ella decidiera acabar conmigo.

En aquella reflexión incidía en lo mucho que me joden varias cosas:

Me jode que me regalen flores y que al final sean de plástico; me jode que me inviten a jugar y me dejen ganar; me jode arriesgarme para al final tener que recular; me jode quien parece arriesgar y al final anda como los cangrejos; y sobre todo me jode jugar y que me expulsen por no conocer las reglas…

Ésas, entre otras muchas cosas, me joden bastante. Pero todo esto venía a cuento de que la noche del “no” se quedó a la espera de la del “sí”… había intención compartida, ganas impresas y pasión extrovertida; que al final desembocaron en: conversación absurda y vespertina, intuición negativa, pregunta inoportuna y contestación viperina.

“Se llama María”

Después de tal respuesta, a una pregunta que no la deseaba, llegó el silencio… porque el problema es LA ACTITUD; y a nombre de mujer, entre hombre y yo, huída digna y fría. Pero esta vez no estaba sola, y una buena amiga me instruyó en la actitud digna y agresiva.

Así que siguiendo casi pusilánimemente su guión, me dispuse a invitar de forma ligera y casi de paso al susodicho a un fin de semana de libertad. Evidentemente el impacto en él fue, dejémoslo en sorpresivo, por lo que además de tardar en reaccionar, tartamudear virtualmente y preguntarse qué pasada y quién me había poseído no fue capaz de sobreseer una propuesta de tal calibre; y sin deletrear un no, ni buscar una excusa creíble, dejó la propuesta en el aire.

Sin saber que el viento se deshace de las propuestas que simplemente buscan un poco de dignidad agresiva, y que las noches que quedaron en “no”, ahora sí se transformaron en nunca.

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