Me quedo con la frase típica de que se empieza igual que se acaba, y es que empecé el 2006 con muchos sueños por delante, con muchas expectativas y muchas ganas de cambiar miles de cosas de mi vida… y lo termino igual, prácticamente con los mismos deseos, las mismas ilusiones y con la misma gente que el año pasado.
Pero toca hacer balance y aunque a día de hoy, igual que el año pasado las cosas no son tan estupendas… a medida que fue transcurriendo el 2006 mi vida dio un giro de 180º.
Dejé de ser una estudiante para convertirme en una auténtica productora, me sentí por primera vez orgullosa y realizada con lo que hacía. Cada mañana me levantaba feliz, me sentía grande y ahora que lo pienso creo que en este año di el segundo paso para madurar un poco más, me conocí y me gusté…
También dejé atrás muchos fantasmas del pasado, que tengo que reconocer que aún a día de hoy me siguen amenazando, pero podré con ellos.
He crecido y he madurado, y aunque sigo siendo yo, enfadándome a destiempo, metiéndome donde no me llaman y perdiendo la razón por las formas… he conocido a la persona que quiero ser de mayor.
Y es que después de llegar tan alto, tuve que decidir seguir el camino que había soñado o seguir el que acababa de encontrar, pero digamos que cogí un atajo y al final decidí volver a mi camino.
Ahora estoy nostálgica, tengo miedo de no llegar por este camino a mi atajo, pero una de las cosas que he aprendido es que todo pasa por algo, así que confiaré en ese destino tan incierto que un poco hago yo y un poco ya está hecho.
Ahora me quedan un montón de sueños por cumplir en este año, y la verdad que las expectativas son buenas… Gente nueva a mi alrededor que me gusta y a la que ya empiezo a querer, nuevos retos e ilusiones, proyectos y mi gente de siempre, así que pienso recibir al 2007 optimista y expectante.
De momento tengo que ir a una boda, conocer al hombre de mi vida (al de Bea, y al de Pachi), formar el trío calavera con Blanca y Ana, ir a Zaragoza con Lucía, someterme a los análisis sicológicos de Anita, recuperar viejas amistades, tener más noches de “sí”, detectar con antelación a las hijas de puta, aprobar un curso y si me da tiempo tocar la luna.
Pero toca hacer balance y aunque a día de hoy, igual que el año pasado las cosas no son tan estupendas… a medida que fue transcurriendo el 2006 mi vida dio un giro de 180º.
Dejé de ser una estudiante para convertirme en una auténtica productora, me sentí por primera vez orgullosa y realizada con lo que hacía. Cada mañana me levantaba feliz, me sentía grande y ahora que lo pienso creo que en este año di el segundo paso para madurar un poco más, me conocí y me gusté…
También dejé atrás muchos fantasmas del pasado, que tengo que reconocer que aún a día de hoy me siguen amenazando, pero podré con ellos.
He crecido y he madurado, y aunque sigo siendo yo, enfadándome a destiempo, metiéndome donde no me llaman y perdiendo la razón por las formas… he conocido a la persona que quiero ser de mayor.
Y es que después de llegar tan alto, tuve que decidir seguir el camino que había soñado o seguir el que acababa de encontrar, pero digamos que cogí un atajo y al final decidí volver a mi camino.
Ahora estoy nostálgica, tengo miedo de no llegar por este camino a mi atajo, pero una de las cosas que he aprendido es que todo pasa por algo, así que confiaré en ese destino tan incierto que un poco hago yo y un poco ya está hecho.
Ahora me quedan un montón de sueños por cumplir en este año, y la verdad que las expectativas son buenas… Gente nueva a mi alrededor que me gusta y a la que ya empiezo a querer, nuevos retos e ilusiones, proyectos y mi gente de siempre, así que pienso recibir al 2007 optimista y expectante.
De momento tengo que ir a una boda, conocer al hombre de mi vida (al de Bea, y al de Pachi), formar el trío calavera con Blanca y Ana, ir a Zaragoza con Lucía, someterme a los análisis sicológicos de Anita, recuperar viejas amistades, tener más noches de “sí”, detectar con antelación a las hijas de puta, aprobar un curso y si me da tiempo tocar la luna.